Sobreponerse y sobrevivir

Este bello poema de amor localizado en un sombrío Helsinki (Finlandia) que se mueve, como es habitual en el autor nórdico, entre la desesperanza ambiental y la ilusión por pequeños golpes de suerte casual, ganó el premio del jurado en el festival de Cannes del curso pasado.

La pieza es un completo y minimalista legado de las señas de identidad artísticas de un realizador que se mantiene fiel a sus constantes sin que el automatismo se resienta de la genialidad, muchas veces surrealista, de sus sorprendentes y emotivas propuestas.

Es una pena que finalice este sutil retrato de un talentoso e imaginativo director cuya revisión de parte de su filmografía ha significado, con la tarea de escribir las reseñas de los títulos programados, una gratísima oportunidad de reencuentro con una filmografía que le tengo una estima muy alta.

'Fallen leaves' es otro episodio, con el matizado color del operador Timo Salminen (los cinco filmes presentados han contado con su dispositivo visual), que actúa como vaso comunicante con la muestra que hemos visto y, en esa línea, plantea una escueta historia sentimental que surge en un local de cine y tras una cita improvisada.

Holappa (Jussi Vatamen), obrero del metal despedido y bebedor a destajo conoce a Ansa (Alma Pöysti), reponedora en un súper mercado se conocen en el pase del largometraje 'Los muertos no mueren' (2019), una extrovertida cinta de zombis de Jim Jarmush. El cine se convierte en un aliado y se cita 'Breve encuentro' (1945), de David Lean.

Las dos figuras, obreros sin paraíso, fraguan una seca relación que se construye con una árida complicidad, con la comunicación justa y en un contexto donde las emisoras de radio emiten boletines sobre la guerra de Ucrania. Sobreponerse y sobrevivir es el aliento típico del gran Aki Kaurismäki. Imprescindible.