La Filmoteca Riojana Rafael Azcona se une a la conmemoración del centenario del nacimiento del estudio Warner Bros y ofrece al espectador una pequeña muestra de su inmenso catálogo. De la programación de este indispensable ciclo destaca su primer título, 'El cantor de Jazz' (1927), ... de Alan Crosland, que se podrá ver hoy a partir de las 19.30 horas en la Sala Gonzalo de Berceo.

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Cuando la Warner Bros se creó oficialmente en 1923 el negocio del cine era joven, emocionante y precario. Las películas americanas dominaban las pantallas de todo el mundo.

La Warner, con su llamativo logotipo y colosal fanfarria, es uno de los grandes estudios de Hollywood fundado por los cuatro hermanos Warner, de origen europeo y judío. Los promotores acuñaron, como las demás casas productoras, su estilo de firma identificable. Crearon largometrajes duros, violentos, perspicaces y, sobre todo, con conciencia social. En un principio nada hacía adivinar que la familia Warner tuviese una afinidad con la sobriedad sociohistórica.

Con el negocio asentado, en 1927 la productora dejó al mundo atónito con la película 'El cantor de Jazz', causando una alborotada sensación especialmente dentro de la industria. Fue el primer largometraje sonoro y en ella se dijeron 850 palabras, más las canciones, bastaron para dar energía e impulso al filme.

Además, el concepto visual y estético de la pieza se adelantó a su tiempo. La ambientación era urbana y, por lo tanto, más realista, un poco, a ras de suelo. Su argumento gira en torno a un cantante judío, Jackie Rabinowitz (Al Jolson), que desea triunfar en Broodway pese a la fuerte oposición de su padre. Respetuoso con su madre y alentado por ella alcanza los escenarios y triunfa.

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Mucho de su metraje es mudo, se escuchan los temas musicales y llega el momento culminante para la Historia del Cine cuando Jolson profetiza la siguiente frase: «Todavía no han oído nada». A partir de aquí todo cambió.

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