Placer y dolor

Un título inquietante y desasosegante sobre las difíciles alquimias del sexo. En este sentido, es una pieza absorbente y franca, en la que su autora, a través de su personaje Mila (Elena Martín) traza un visceral eco acerca del torbellino de la sexualidad femenina.

La cineasta de 'Júlia Ist' completa una rasposa historia sobre el deseo y la pulsión sexual. Articulada a través de las dudas que le sobrevienen a Mila cuando no puede completar sus relaciones sexuales con su compañero, Marcel (Oriol Pla), de manera orgásmica y se exorciza sobre sí misma para comprender las causas.

Y los motivos son claros y contundentes. Y para conocerlos Elena Martín estructura su relato a modo de introspección en tres partes que abarcan la infancia, la juventud y la edad adulta. A través de estas parcelas temporales Mila nos enseña las claves del desgarro y la frustración.

Sin medias tintas, la directora catalana expone su particular avispero de forma frontal y carga el desarreglo contra la represión sexual. Un tabú que marcó a muchas mujeres y fue el detonante de miedos e insatisfacciones. Privar del deseo y su consecución devastó el desarrollo íntimo de las féminas, sin poder disfrutar de su voluptuosidad.

'Creatura' puede incomodar y perturbar. La película se lanza a explorar territorios privados y se adentra en cuestiones peliagudas. Y Mila/Elena Martín se desnuda en lo personal y en lo físico en una apuesta sincera y emotiva. Su propuesta es compleja y tenaz. Me gusta cómo verbaliza y visualiza las preocupaciones en una película atrevida y diferente. Bravo.