El honor de la música

En el festival de Berlín participó en la sección oficial a concurso y el jurado la premió con el Oso de Plata a la mejor contribución artística sobresaliente. Gran parte de su asombrosa textura expresiva, construida con recursos llamativos, reside en su penetrante fotografía.

La pieza cuenta una historia de búsqueda de uno mismo y el destino donde recalar en tiempos de migración. Alekxei (Franz Rogowski) es un joven bielorruso que junto a su mejor amigo se camuflan como seguidores de un equipo de fútbol y entran en Polonia para intentar llegar a Francia. Alekxei se queda solo y logra su objetivo. En París se alista en la Legión Extranjera para obtener la residencia y el pasaporte galo.

La acción de la escasa trama se inicia en una zona selvática de Nigeria. Aquí conoceremos a una joven, Manuela (Laetitia Ky), cuya fisonomía y rostro, y con ojos de distinto color, se fusionará con la imagen árida de Aleksei. Ambos personajes, sin saberlo ellos, quedarán conectados.

Las reglas de la Legión permiten cambiar el nombre de pila y ahora Álex interviene en una misión de rescate de rehenes franceses en el Delta del Níger siendo testigo de una experiencia que lo obsesionará.

De un rincón indómito de África diezmado por la rapiña occidental Álex se trae un espíritu revolucionario que replica en busca de la redención encontrándola con la música y el baile, a modo de ensoñación, como toda la película.