La dignidad de los nadie

Tras la pieza que considero obra maestra de su cine sobre la condición de la clase trabajadora, 'La chica de la fábrica de cerillas' (1990), Kaurismäki, con guion propio inspirado en una novela de Henri Murger, acomete un lienzo romántico y apesadumbrado de tres personajes expulsados del paraíso sobreviviendo en un ambiente paupérrimo de artistas.

Marcel Marx (André Wilms) es un escritor incomprendido que no encuentra editor para su voluminosa novela. Rodolfo (Matti Pellonpää) es un pintor albanés ilegal sin suerte con su personal estilo retratista. Schaunard (Kari Väänänen), un músico irlandés de entusiasmo baldío. Estas tres modestas figuras coinciden en un barrio bohemio de París y trazan un plan solidario. La sutil fuerza del compromiso.

La severa fotografía en blanco y negro de Timo Salminen encaja a la perfección en los minimalistas decorados y decadentes localizaciones, creando una estampa de bohemia radical.

Kaurismäki filma un drama humano de componente social con su habitual toque lleno de ternura y sentimentalismo, con una visión bucólica a contracorriente de gente honrada sobre fondo gris. La película está estructurada por las estaciones del año y recorrida por situaciones imprevisibles entre el humor y la contradicción. El desapasionado relato mantiene las constantes presentes de su realizador que discurre de forma majestuosa en una narrativa en la que predomina el tono lírico de corte nihilista y anticapitalista.

La película está llena de referencias literarias, se cita a Rimbaud, un perro se llama Baudelaire y, también, muy cinéfila, se nombra a Lino Ventura y hacen cameos Jean Pierre Léaud, Samuel Fuller y Louis Malle. Mejor imposible.