Cumbres borrascosas

Estos autores nos dejaron en 2017 una obra cumbre, 'Loving Vincent', acometida empleando la técnica de la roboscopia, consistente en crear animaciones a través del calcado de los movimientos de los personajes de carne y hueso. El impresionante logro permitió una fascinante inmersión pictórica en la infortunada vida y dolorosa trayectoria artística del pintor Van Gogh.

Este minucioso recurso vuelve a ser utilizado por los autores polacos en este drama rural ambientado a finales del siglo XIX. El largometraje se pudo ver en el festival de cine de Valladolid, la tradicional Seminci, y está inspirada en la novela 'Los campesinos', de W.S. Reymant. Cuenta la historia de Jagna (Julia Wienicwa-Narkiewicz), una joven muy atractiva que es obligada a casarse con un maduro terrateniente viudo, Boryna (Robert Gulaczyk), mientras mantiene una furtiva relación con el hijo de su esposo, Antek (Andrzej Konopka).

Relato tensionado por las pulsiones humanas acerca del amor, el deseo, la envidia, el rencor y la venganza. Aspectos habituales de los argumentos apasionados y trágicos. Matizado por el perfil del personaje femenino, Jagna, una mujer más de nuestro tiempo que se revela contra las imposiciones de la época.

La chica es un verso libre, motivo de inquina y desprecio por parte de una comunidad de rústica ignorancia. Su rebeldía amorosa, temperamento y carácter atraen el odio y la incomprensión.

Los directores recurren al drama exaltado pero su aspecto más elaborado de la película es su estilo visual, sus pinturas al óleo, la fuerza de su paleta de colores bajo el tono marrón y ambarino y la riqueza de su folclore, costumbres y ritos.