Asesino de prostitutas

Esta producción norteamericana de la Warner, el imperio del entretenimiento, es un singular y perturbador thriller que reúne una serie de elementos inquietantes que hizo de ella una pieza muy valorada en su momento.

El reparto tiene una fuerza y eco descomunal. Encabezado por la emergente actriz y activista Jane Fonda, que da vida a Bree, una prostituta nada convencional. Ganó un merecidísimo Óscar. A su lado, como una figura quijotesca, el atípico Donald Sutherland, en la piel de Klute, un investigador privado a contracorriente. Roy Scheider, que años más tarde encarnaría al capitán de policía Brody en 'Tiburón' (1975), de Spielberg, junto al torvo Chalres Cioffi, completan un cartel potente.

Alan J. Pakula, su director, formó en los años 60 una dupla creativa desde la producción con el también cineasta Robert Mulligan. Su entente Mulligan/Pakula cristalizó en títulos como 'Matar a un ruiseñor' (1962), realizada por el propio Mulligan. Pakula aprovechó la oscuridad rastrera de la corrupción del poder para conformar largometrajes de suspense e intriga política. Suyas son 'Último testigo' (1974) y 'Todos los hombres del presidente' (1975).

En el equipo artístico destaca la presencia del director de fotografía, Gordon Willis, maestro del tenebrismo, que aportó a 'Klute' un ambiente siniestro y paranoide, consiguiendo un trabajo perfecto y delineando todas las sombras con una meticulosidad desasosegante.

La película cuenta la historia de un detective contratado para buscar a un hombre desaparecido. Las pistas le llevan a una prostituta. Las compañeras de esta empiezan a ser asesinadas. Aparte del suspense y el ejercicio del mecanismo del misterio, la obra destaca por representar el retrato, el mundo y la vida cotidiana de una fulana.