Juan Antonio Pérez Simón, el magnate de la belleza

La importancia de esta hipotética entidad no genera dudas. Algunas fuentes aseguran que los fondos artísticos de Pérez Simón, de 83 años, constituyen la colección privada más importante del mundo por sus dimensiones y calidad. La cronología de las más de 4.000 piezas, según diversas fuentes, va desde el siglo XIV hasta el momento presente e incluye dibujos, pinturas, esculturas, artes decorativas y manuscritos. Entre otras obras destacadas, hallamos el 'Retrato de Teresa de Vallabriga' de Goya, junto a lienzos de Lucas Cranach el Viejo, Rubens, El Greco, Murillo o Van Dyck. La relación también acoge pintores victorianos, impresionistas, de las vanguardias históricas y autores contemporáneos. La representación mexicana corresponde a los grandes muralistas y Frida Kahlo, sus mejores exponentes. Además, posee una biblioteca con más de 50.000 libros.

El promotor de tal tesoro asegura que la belleza ha sido el criterio seguido en su creación y que la inició cuando contaba veinte años y sólo disponía de medios para adquirir reproducciones. Al parecer, esa pasión surgió a partir de un viaje por Europa con su padre. Tal y como sucedía con las expediciones del 'Gran Tour', el contacto con los clásicos alentó una afición que creció desaforadamente. En cualquier caso, su origen no se halla en la alta burguesía local. El magnate nació en la localidad asturiana de Llanes y emigró a México cuando contaba con sólo cinco años, en plena posguerra. Allí se reunió con su familia, que había puesto en marcha un negocio de zumos y refrescos.

Su biografía indica que adquirió formación en economía y contabilidad de manera autodidacta y que, en su juventud, resultó trascendente el encuentro y la amistad con Carlos Slim, entonces también un muchacho ambicioso y, posteriormente, uno de los hombres más ricos del planeta. Ambos participaron en la creación del Grupo Carso, un conglomerado empresarial que hoy agrupa a 268 compañías.

Pérez Simón goza de la doble nacionalidad y su vida transcurre entre sus mansiones a uno y otro lado del Atlántico. Hasta ahora no ha sido un habitual entre las 'celebrities' preferidas por los medios, aunque participa en eventos sociales en la capital española. En una de sus últimas fiestas apareció el ex presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari. Esa relación, probablemente, se retrotraiga a su mandato, muy cuestionado, entre 1988 y 1994. El dirigente llevó a cabo un vasto programa de privatizaciones de empresas públicas, con especial incidencia en la banca y las telecomunicaciones. La enorme concentración de capital que caracteriza la economía azteca parece remitir, en buena parte, a ese proceso.

El interés por el arte también ha unido a Slim y Pérez Simón. Los dos poseen colecciones que atraviesan la historia de la plástica recalando en sus grandes maestros. El primero ya ha creado el Soumaya, su propio museo, con tres recintos en Ciudad de México y ha sorprendido la noticia de que el segundo depositará algunas de sus joyas en una institución con sede junto a Caixaforum en el Paisaje de la Luz madrileño. El inmueble elegido es la Serrería Belga, un antiguo edificio industrial de principios de siglo XX reconvertido en equipamiento cultural municipal.

El proyecto, según portavoces municipales, se halla muy avanzado y podría ver la luz definitivamente el próximo año. Su puesta en marcha convertiría al Paseo de Recoletos en uno de los ejes artísticos del continente y otorgaría trascendencia al benefactor, quizás la mayor aspiración cuando ya se dispone de prestigio social y una inmensa fortuna. Mientras tanto, otros millonarios latinoamericanos siguen aterrizando en la capital, la nueva Miami. Ya lo dijo el compositor Agustín Lara, 'Madrid, en México se piensa mucho en ti', y la verdad es que, a oídos de su Consistorio, esa fijación suena a música celestial.