Sin prisa pero sin pausa, Borja y Blanca y Thyssen-Bornemisza afianzan e incrementan su presencia y sus lazos con en el museo público, del que el hijo de la baronesa Carmen Thyssen es ya patrono. Meses después de la renovación del contrato de alquiler ... de la colección de Tita Cervera al Estado español –97,5 millones por 15 años– su hijo y su nuera exhiben el museo público sus joyas hiperrealistas.
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Son ocho espectaculares piezas, algunas de gran formato y con la firma de genios del género como Richard Estes o Charles Bell. Es una delicada muestra de cámara que estará en cartel hasta el 15 de enero de 2023, y de la que es comisario Guillermo Solana, conservador jefe del museo.
Se abre con dos vistas neoyorquinas, una más clásica, 'People's Flowers' (1971) y otra más reciente, 'Autorretrato cerca del Oculus en el World Trade Center' (2017), ambas del representante más icónico del hiperrealismo americano, Richard Estes (1932), artista del que el museo ofreció ya una retrospectiva en 2007.
Hay una naturaleza muerta, 'Noches tropicales' (1991), de Charles Bell (1935-1995), quien, como Estes, pertenece a la primera generación del movimiento. 'La 49 con Broadway' (2019). es una sugerente vista urbana de Don Jacot (1949-2021). En 'Lucky Dragon' (2009) Bertrand Meniel (1961) pinta con un fascinante nivel de detalle una esquina de Chinatown en San Francisco. 'Conejito en la esquina' (2019) es un bodegón de Roberto Bernardi (1974). La muestra se cierra con 'El sendero' (2019) y 'Schweppes' (2022), ambas de Raphaella Spence (1978).
Nacido en Estados Unidos en la década de 1960, el movimiento hiperrealista emergió como una deriva a partir del 'Pop Art' y fue bautizado como 'Photorealism' (fotorealismio) por el galerista Louis K. Meisel. Basado en la reproducción pictórica de originales fotográficos, «nos remite al mismo tiempo a grandes precedentes en la historia del arte», según el comisario. «Los paisajes urbanos, vistas panorámicas de ciudades o escenarios suburbanos, conectan con la tradición del vedutismo italiano del siglo XVIII», explica Solana. «En la naturaleza muerta, las referencias dominantes son el bodegón holandés del siglo XVII y la pintura americana de trampantojo de finales del siglo XIX», agrega.
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Blanca y Borja han consultado con el Thyssen sus adquisiciones recientes, algunas de las cuales se han instalado ya en las salas del museo: desde un espléndido bodegón cubista de María Blanchard (1918) a un lienzo de Francis Picabia de su serie transparencias (1925-1927), o una pintura de gran formato de Julian Opie (2014) o el citado autorretrato de Richard Estes en la zona cero de Nueva York (2017).
Con motivo de la retrospectiva de Alex Katz el pasado verano, Blanca y Borja adquirieron una gran tela del artista norteamericano ('Vivien', 2016), seleccionada previamente para figurar en la exposición y que muy pronto se exhibirá en las salas del museo público.
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Blanca y Borja Thyssen-Bornemisza «han sentido desde hace tiempo pasión por el arte y especialmente por la pintura moderna y contemporánea», explican desde el museo. «Han coleccionado hasta ahora de manera muy discreta, lejos de la mirada del público. Pero coincidiendo con el treinta aniversario del Thyssen «la pareja ha decidido abrir al público su colección en nuestro museo».
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