«El teatro es la palabra», afirmaba Miguel Delibes. Hace más de treinta años, viendo a José Sacristán interpretar a Pacífico Pérez en la adaptación teatral de su novela 'Las guerras de nuestros antepasados', el escritor ponderaba el trabajo del actor: «Tan contenido, tan a ... gusto en su papel, sin manoteos ni aspavientos. El teatro siempre ha sido la palabra, no los gritos ni los aspavientos».
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No podemos saber qué diría hoy viéndole encarnarle a él mismo en 'Señora de rojo sobre fondo gris', la novela en la que Delibes, desde el amor y el dolor, narró la temprana muerte de su esposa, Ángeles de Castro, el encarcelamiento de su hija por motivos políticos en 1975, y el modo en que se quebró su propia vida. Pero podemos saber que el público está expectante por verlo; incluso por volver a hacerlo.
Producida, adaptada y dirigida por José Sámano y tras cuatro años de éxito, hoy y mañana regresa al Bretón de Logroño (a las 20.00 horas), donde ya fue presentada en otoño de 2018 inmediatamente después de su estreno. La dirección del teatro ha querido recuperarla al cabo de este tiempo e inicialmente programó solo la función del viernes. Pero, dada la rapidez con que se agotaron las casi mil localidades, la productora, Pentación Espectáculos, decidió dar otra función este jueves, que también será un lleno (anoche quedaban menos de treinta entradas en el segundo anfiteatro).
'Señora de rojo...' no quiere ser lamento, sino canto. Patético, doloroso, desgarrador, pero hermoso canto de amor póstumo, de amor por siempre. Demasiado peso el amor eterno para ser simples mortales los amantes, demasiada pesadumbre cuando falta el otro. Delibes compuso la novela dedicada a su esposa tras enfermar y perderla. Por título le dio el del cuadro en que un pintor real, Eduardo García Benito, la retrató casi a la misma edad en que murió, todavía joven, todavía bella. El propio Delibes sufría celos de aquella pintura: por qué él no fue capaz de decirle a Ángeles todo lo que sentía mientras estuvo viva.
Y ahora, José Sacristán interpreta en el teatro esta maravilla digna de las legendarias 'Cinco horas con Mario' inmortalizadas por Lola Herrera. En el escenario, él solo en un monumental monólogo; creciendo todavía más como intérprete a sus ochenta y cinco años y más de sesenta de oficio. Si el teatro es la palabra, como decía Delibes, la voz que la pronuncia es la voz «grave, flexible y diáfana» de Sacristán. Y es también su mirada.
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