Buscando la identidad

La ópera prima de Estíbaliz llegó a la cartelera comercial con el respaldo de los importantes premios cosechados en festivales. En Berlín, su joven actriz, Sofía Otero, fue reconocida y aclamada con el Oso de Plata a la mejor interpretación y en el certamen de Málaga la película obtuvo la Biznaga de Oro a la mejor producción y la intérprete, Patricia López Arnaiz, conquistó el galardón a mejor actriz de reparto.

'20.000 especies de abejas' es un drama honesto y muy sincero, además de valiente, sobre la identidad sexual de su personaje central, Aitor/Cocó (Sofía Otero). Esta criatura, nacida con sexo masculino, tiene a sus ocho años una sensibilidad femenina muy arraigada. Su emotiva y dulce persistencia para ser aceptada tal y como se siente en su intimidad conforma el eje principal de esta hermosa historia.

La naturalidad y espontaneidad de Otero, su mirada y lenguaje gestual y corporal fraguan un sensitivo relato sobre la aceptación y el respeto. El vendaval de emociones que asolan a Cocó es de una fragilidad humana tan bien expresada cuya escalada de convicción me recuerda, salvando las distancias, a las tribulaciones que sufría Juan/Adela (José Luis López Vázquez) en 'Mi querida señorita' (1972) de Jaime de Armiñán.

Los desvelos y sentimientos de Cocó de desarrollan en un entorno familiar en tensión azotado por crisis de todo tipo mientras, en un marco exterior, su comportamiento provoca dudas entre los que niegan la dualidad del cuerpo.