Asalto al Congreso

Este largometraje de título muy elocuente lo vi en la sección oficial a concurso de la 27 edición del festival de cine de Málaga. Una pieza que levantó una enorme expectación por el acuse de recibo que significaba introducir en la ficción del guion el suceso histórico más grave ocurrido en nuestro país contemporáneo en los albores de una democracia todavía cogida con pinzas: el intento de golpe de Estado

Su joven realizador no se corta y se lanza de lleno a fabular acerca de los sobrecogedores momentos angustiosos que experimenta un colectivo de abogados laboralistas al ser informado la noche del 23 de febrero de 1981 del asalto al Congreso de los Diputados por fuerzas de la Guardia Civil.

Una premisa de partida repleta, a mi juicio, de enormes posibilidades para explorar la incertidumbre y el miedo de un puñado de letrados muy significados políticamente sobresaltados por el canalla hecho que estaba ocurriendo en el Parlamento. Gente inquieta y nerviosa que lo primero que se les pasó por la cabeza fue el espanto de la masacre perpetrada contra sus afines en el atentado del bufete de abogados de la calle de Atocha en 1977.

Ante un escenario impredecible y con pintas de tragedia, los asesores jurídicos evalúan la situación y empiezan a tomar decisiones encaminadas a protegerse sin saber el alcance de la asonada. Comienza un periplo nocturno por Madrid forjado por el contraste entre la gravedad del acontecimiento y las peripecias bufonescas narradas.

El resultado en su conjunto desaprovechada la ocasión para trazar un relato con peso dramático y dibujar un clima afilado. El pseudobarniz retratista, las escenas ridículas y su tono de tintes humorísticos logra un reflejo deformante de una realidad negra.