Peleando a fondo

Hace apenas unas semanas esta pieza narrada en clave social y psicológica pululaba por la cartelera comercial buscando su sitio e intentando que su eco llegara y calara en el público. Una historia convincente, planteada como un personaje vinculado con el paisaje y el sacrificio diario para ganarse la vida son elementos que representados en imágenes con honestidad son avales para el compromiso con el título.

Su principal tesoro, y seguro que me quedo corto en su valoración, es la entregado y arremolinado trabajo de la actriz María Vázquez. Su estilo abierto y frenético para encarar un papel de mujer peleona y situada en los márgenes de la sociedad es brillante. Pero también, convincente. Su potencia y credibilidad recuerda, salvando las distancias, a las figuras del combativo autor británico Ken Loach. A través de la envergadura de una mujer de 40 años envuelta en conflictos laborales y familiares otorga una certera radiografía de un estado de ánimo y de circunstancias sociológicas actuales.

María Vázquez da vida a Ramona, un humilde ser currante en una empresa marisquera en Galicia presa del empleo precario y mal pagado y jabata día sí y al siguiente también por amarrar los afectos con su díscola hija. Ramona vive en casa de un amigo/novio en convivencia de choque y su meta es escapar de un destino desolador. Temas siempre correosos enfocados con el bisturí de hoy en día cuyo discurso visibiliza una crónica desesperada y amarga sobre los avatares diarios. Nada nuevo pero efectivo desde la perspectiva de la realidad.