El baterista y percusionista Jorge Patáx, con su banda en Bilbao este verano

Jorge Patáx, el quinto 'Beatle' del jazz fusión

El líder de una de las grandes bandas españolas de este género continúa de gira con siete álbumes a la espalda y prepara un nuevo proyecto de hip-hop con letras sociales, mientras se construye una casa en el campo

Domingo, 23 de octubre 2022

El líder de la superbanda española de jazz fusión, Patáx, estudió en la escuela norteamericana de música Berklee, después de dejar una carrera de arquitectura a un paso de la graduación. Quien se apellida en realidad Pérez González –pero prefiere usar un heterónimo salido de ... una onomatopeya (la del doble golpe de tambor y platillo: pa- tax)– mezcla éxitos pop, como los de los Beatles, con salsa, flamenco y rap. Como si fuera el quinto miembro de la banda de Liverpool impregna a esos clásicos el espíritu de la «improvisación dentro de la fórmula» del jazz, en la que compone sus temas propios. Hace diez años, cuando Patáx volvía de Estados Unidos y se instalaba en Vallecas, logró un millón de visualizaciones en cuestión de horas con 'Bottom Percussion', donde tocaba culos (dos de hombres y dos de mujeres) como congas. Era un vídeo «sarcástico sobre el alto contenido sexual de los productos discográficos», dice. Desde entonces ha editado siete álbumes y esta semana ha participado en el ciclo Villanos, dentro de Jazzmadrid.

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Lunes

08.00 horas. Me levanto muy rápido y con las pilas tan cargadas que necesito ponerme a trabajar. En un minuto me como una mandarina. Esta primera hora del día es sagrada, y no pierdo el tiempo en hacerme una tostada.

08.05 horas. Ahora estoy en una fase creativa, componiendo temas. Si se me ocurre algo cuando no tengo tiempo, lo grabo en el móvil y me lo mando por correo electrónico. Luego busco esos 'mail' que pueden tener un año en el buzón.

11.00 horas. Me llega un mensaje de un promotor para contratarme antes de fin de mes. Tengo que responder rápido para que no pasen de mí. Contacto por Whatsapp con los músicos de Patáx, para ver quién puede y quién no en esa fecha. En escena somos entre seis y diecisiete, dependiendo del lugar. Me empiezan a responder. Si alguno no puede, le tengo que buscar un suplente.

Martes

10.00 horas. Me conecto por videoconferencia con mi socio de Carbono Instruments, una empresa que fundé para fabricar instrumentos de percusión en fibra de carbono. La sede está en el Puerto de Santa María, en Cádiz. Vamos entrevistar a un candidato al puesto de gerente. Hacemos mucha I+D para que el sonido sea perfecto, y esa parte musical me corresponde a mí. Comenzamos hace cuatro años y tenemos ya cajones, tambores, tinajas, djembé, tumbadoras, timbales...

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14.23 horas. Suelo comer en casa de mis padres. Vivimos en el mismo bloque, por suerte. Es una ayuda logística grande porque entro y hay comida. Además tengo el contacto humano. Mi madre prefiere la dieta mediterránea y hoy hace acelgas con patatas, filete de pescado y de postre, plátano.

15.50 horas. Habitualmente hago una siesta sin despertador. Después de dormir hora y media, me levanto con la batería 'full' y puedo trabajar hasta las tres de la madrugada, en pantuflas y jersey de punto. Hay algo poético en las noches. La ciudad apagada y tú liándola parda, es mágico.

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23.00 horas. Yo saco todos los días un par de horas para tocar. Me encierro en la cabina insonorizada de 3x2 metros que hice en mi salón, con una de mis baterías. Preparo el repertorio del pianista Jesús Molina, al que acompañaré en su gira europea. Son 35 fechas en 45 días en países como Alemania, Israel, Francia, Suiza, Italia y España. Hasta Navidad estoy 'missing'.

Miércoles

12.00 horas. Subo a YouTube el vídeo de la canción 'Provida', de un proyecto que dirijo y produzco en paralelo a Patáx. Se llama Mucha Pepper y es de música urbana. Canciones trap, hip-hop y reguetón con un toque distinto, porque tienen letras de contenido social. Las canta Pepper Solana, una vocalista española excepcional que vive en Nueva York. Trabajamos a distancia las maquetas y ella viene a grabar al estudio. Este tema habla del aborto.

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19.10 horas. Mis días se parecen todos mucho, salvo cuando estoy de gira. Un sábado se parece mucho a un martes. No tengo horario ni compromisos con jefes. Podría no hacer nada, o trabajar todo el rato que es lo que hago. No tengo quejas.

«Llevamos al público a lugares escabrosos, que sin la ayuda de una canción como 'Bad' sería difícil que fueran»

Jueves

12.00 horas. Hoy tocamos en el festival Villanos del Jazz, en el teatro Pavón de Madrid. Me reúno con la banda para hacer un repaso de cuatro puntos delicados del repertorio. Ensayamos muy poco porque todos los músicos son de sesión, mercenarios muy potentes. En este caso, el ensayo va a durar menos que el concierto de Jazzmadrid, que durará un par de horas.

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14.10 horas. Nos despedimos a la salida. Cada uno va a su casa a descansar un rato. Nos veremos a la tarde en la prueba sonido. La ventaja de tocar en tu ciudad es que no hay que organizar al personal, con hoteles y cenas.

21.08 horas. Empezamos el concierto. Patáx es energía. Cogemos temas que la gente reconoce y le gustan. Llevamos al público a lugares escabrosos, que sin la ayuda de la canción original sería difícil que fueran. En 'Bad', por ejemplo, les pasamos por funk, bulería, bembé africano, reggae y un guiño de 'Ghostbuster'. Le doy un caramelo al publico y les cuelo lo que quiero.

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23.50 horas. Los músicos nos damos un abrazo y nos separamos. No seguimos la noche después del concierto, como suele ser el estereotipo del músico de jazz. Yo no tomo ni una gota de alcohol. Somos más 'nerds' que los típicos canallas. Yo no me he drogado en mi vida. Lo más duro que he tomado es un Red Bull. Ahora tengo que pensar en el concierto de la semana que viene, en la club Tempo (25 de noviembre).

Viernes

09.50 horas. Veo que Instagram ha bloqueado el vídeo de 'Provida'. Antes de fin de año publicaré otros cuatro temas de este proyecto.

18.50 horas. Trabajo en la edición de un nuevo vídeo, que se llama 'Ropita de Barbie' y habla de lo injusto que es para las mujeres que no tienen un físico acorde al canon hegemónico no encontrar sus tallas en las tiendas de moda. El videoclip ya lo grabamos en un plató con gente variopinta, normal.

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Sábado

11.45 horas. Salgo a Chinchón (municipio de la Comunidad de Madrid), donde estoy construyendo mi casa. Yo mismo la diseñé y está en las afueras del pueblo, a unos minutos apenas de la plaza. Voy a ver cómo va la obra. Cuando la termine tendré por fin espacio para guardar todos mis instrumentos.

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