Culebrón en Tebas
Jonás Sainz
Sábado, 5 de abril 2025, 09:31
Secciones
Servicios
Destacamos
Jonás Sainz
Sábado, 5 de abril 2025, 09:31
Hijos míos, tebanos, descendientes de vuestros fundadores, ¿por qué llenáis de llantos la ciudad y los aires de incienso? Una maldición se cierne sobre Edipo ... y los suyos, y ellos, simples mortales, como lo somos todos, solo podrán hacer frente a su destino. Los mitos clásicos existen como modelos estéticos de pensamiento y los que tienen Tebas como capital de la fatalidad nos advierten del precio que hemos de pagar en la batalla perdida de ser libres.
Ay Teatro acomete en 'Tebanas' la encomiable y arriesgada tarea de reunir tres de las seis grandes tragedias griegas del ciclo: 'Edipo Rey' y 'Antígona', de Sófocles, y 'Siete contra Tebas', de Esquilo, además de un inserto de 'Las fenicias', de Eurípides. Toda la saga maldita de los labdácidas. Y lo hace con la noble intención de rejuvenecer y divulgar esa parte del antiguo testamento del teatro, con el respeto y el saber de quien cree en su valor y en su belleza.
Una síntesis bien armada por Álvaro Tato en el texto y por Yayo Cáceres en la puesta en escena coral (ciertamente musical), tratan de sustanciar demasiadas cosas en un único pasaje mitológico dividido en tres episodios y un interludio satírico homenaje a las comedias de Aristófanes: las contradicciones de Edipo, héroe y antihéroe al mismo tiempo, su dilema entre identidad y deber, y su búsqueda de la verdad a cualquier precio, aunque le destruya; el conflicto con el otro y el odio fratricida entre sus hijos Eteocles y Polinices disputando el trono, su envidia rabiosa, la rivalidad que desemboca en guerra, nuestro dilema entre seguridad y libertad; y, finalmente, la elección a que nos enfrenta su hermana Antígona: ley o justicia.
Sobre el escenario resulta un desafío muy ambicioso cuya intensidad se subraya en exceso mediante un tono tremendista y una potente declamación nada sutil, como para estar a la altura de algo trascendental. Es tanto peso conceptual que parecen querer aliviarlo fiando la acción a esos lazos de sangre propios de culebrón y empleando la música y una pizca de humor 'ron-lalá' muy propia de sus creadores, sobre todo en el chocante entremés de los enterradores.
Todos los intérpretes son jóvenes actores músicos que derrochan talento y energía en un generoso esfuerzo, el más rico de los recursos de una compañía pretendidamente modesta en medios materiales. Teatro clásico y teatro básico, proclaman. El mayor de sus méritos es traerlos al público del siglo XXI, descubrirlos a quien ignorando mitos como Edipo es engañado con tópicos falaces.
La vanidad engendra tiranía y es madre del orgullo del tirano. Es lo que nos recuerda 'Tebanas' en un mundo y en un tiempo en que sigue siendo necesaria la cuestión moral. Al final de la tragedia, el coro deja en el aire una cuestión urgente: ¿A qué esperamos para cambiar y romper con el destino y la maldición de los hombres?
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.