Rocío Coletes Laspra | Directora del Museo de La Rioja
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Rocío Coletes Laspra | Directora del Museo de La Rioja
«Ya no interesan los museos elitistas, yo los defiendo con identidad, abiertos y de acogida»J. Sainz
Miércoles, 13 de marzo 2024, 07:30
Rocío Coletes Laspra (Oviedo, 1984), la nueva directora del Museo de La Rioja acaba de aterrizar con un propósito claro: impulsarlo, abrirlo a la sociedad y convertirlo en foco cultural. Tiene también una convicción: «Los museos son importantes».
– ¿Su primera impresión?
– Mucha ilusión ... y entusiasmo. Muchas ganas de trabajar por la difusión de la cultura y por hacer de este museo un foco cultural.
– ¿Trae su propio proyecto?
– Por supuesto tengo ideas y miniproyectos que materializaré en un plan de actuación que me gustaría presentar a la Dirección General de Cultura. Ahora mismo estoy en fase de estudio de la red museística de La Rioja [Logroño, Calahorra, Haro y Briones]. Hay que conocer cada museo, sus recursos y su situación. Yo los conocía como usuaria, pero esto es muy diferente, claro.
– Imagino que es un cargo soñado, pero también puede ser un dolor de cabeza. ¿Está resuelto el conflicto laboral de años atrás?
– Por lo que he podido ver en esta semana escasa, aquí no hay ningún problema vigente. Yo me he encontrado un equipo de trabajo dispuesto y con muchas ganas de trabajar. Han trabajado muchísimo en este tiempo, incluso sin dirección, tanto el personal técnico de gestión como los subalternos. Yo, polémicas pasadas, no las percibo en la actualidad.
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– ¿Nadie hasta ahora le ha hecho el comentario 'a ver cuánto va a durar esta directora'?
– No y espero que nadie se lo esté planteando. Yo he venido a trabajar y con muchas ganas. Y, es cierto, esto es un sueño para un profesional de museos.
– Han sido casi tres años sin dirección. ¿Teme que la institución se resienta de ese vacío?
– No me siento capacitada para contestar a eso. Yo parto del Museo de La Rioja tal y como está ahora y pienso hacia el futuro.
– La continuidad en el cargo sería conveniente para el impulso que necesita esta institución. ¿En qué puntos piensa apoyarse?
– En unos meses estaré en mejor disposición de contestar a eso, pero diría que las colecciones son lo que distingue a los museos y, en nuestro caso, cada uno tiene su identidad. A mí me gustaría incidir en eso.
– ¿Cómo piensa hacerlo en el Museo de La Rioja, el de Logroño?
– A través de su colección y de las exposiciones temporales. Y aprovechando el patio, que es un espacio excelente para todo tipo de actividades culturales. Me gustaría establecer sinergias con otros departamentos, colaborar y aprovechar recursos entre nosotros.
– ¿Incluir otras artes?
– Sí, los museos se han convertido en espacios culturales;no son espacios cerrados. A mí me gustaría que este museo fuera un espacio abierto a la sociedad.
– ¿Hay que priorizar al turista o al riojano: el museo como punto obligado de visita turística o como referencia cultural que todo logroñés y riojano debe conocer y visitar con cierta frecuencia?
– Ambas cosas. Hay museos, especialmente los grandes, que atraen más turistas. Pero, en el caso del Museo de La Rioja, los logroñeses y logroñesas son el público más numeroso y eso es muy positivo. Eso nos va a permitir plantear expandirnos en este público fidelizado y buscar otros que no lo están, quizás los jóvenes, que siempre es el público más difícil de interesarse por el arte y la cultura. La programación cultural tiene que ir de la mano de lo que los jóvenes demandan y hacer del museo un espacio para todos. Yel turista, por supuesto, también. La Rioja es una tierra turística y el Museo de La Rioja tiene que ser parte de esa visita. Por ejemplo, habría que poner textos en inglés.
– Y hacer pedagogía y sembrar en los más pequeños.
– Tenemos un programa que funciona muy bien. Nos gustaría extenderlo con talleres de familias.
– La red museística está organizada de forma temática. ¿Qué hay que mejorar en El Torreón de Haro o en el Museo de la Romanización de Calahorra?
– El Torreón acoge muestras de artistas jóvenes, lo cual es un vehículo para fidelizar a ese público. Quizás haya que darle una vuelta a nivel de infraestructuras. Pero es una gestión compartida con el Ayuntamiento y toda actuación tendrá que ser acordada. Lo mismo ocurre en Calahorra, que la gestión corresponde al Ayuntamiento y nosotros nos ocupamos del mantenimiento.
– ¿Y La Casa Encantada de Briones?
– Ahí tenemos una joya de etnografía, y con muy buenas cifras de visitas. Creo que es muy bueno para atraer visitas en familia.
– También el Museo de La Rioja, el de Logroño, contiene un espacio etnográfico. ¿El diseño de la exposición permanente es inamovible o se puede mejorar?
– Ningún discurso es inamovible. En todos los museos se reforman salas y se actualizan las propuestas, porque la sociedad evoluciona y el museo también tiene que evolucionar. Eso no significa que vayamos a reformar el museo entero. Yo creo que un punto fuerte de este museo, precisamente, es ese diálogo entre artes. Yyo mantendría la parte etnográfica.
– ¿Y los fondos? ¿Permiten renovar la exposición?
– También hay que abordar esos depósitos y ojalá podamos hacerlos visitables. Son solo ideas generales. Antes de exponer obra nueva hay que revisar las piezas.
– ¿Se trabaja en restauración?
– No hay restauradores en plantilla, pero hay un par de personas que trabajan en la colección. Para mí es prioritario que la colección esté en buen estado. Sin eso no somos nada. Un museo es la colección y su público.
– Los depósitos del Museo del Prado son también parte de esa identidad. Pero, ¿qué le falta?
– También habrá que pensar un poco en ello. ¿Qué le falta? Por ejemplo, obra de Navarrete el Mudo, que es riojano. Veremos si podemos hacer algo al respecto.
– ¿Eso quiere decir colaborar con otras instituciones museísticas del país?
– Claro, intentaremos colaborar con instituciones nacionales, internacionales y también regionales, como el Museo Würth.
– ¿Y la sala de exposiciones temporales: es la puerta a la participación de artistas e instituciones locales?
– Eso es. Pero todavía tengo que verlo y pensar más en ello.
– El patio, ya lo ha dicho, es el espacio apropiado para otras actividades. ¿Qué tiene pensado?
– Hay que hacer una programación. El Museo de La Rioja tiene que ser un espacio abierto.
– ¿Cuál sería su museo soñado?
– Obviamente no podemos ser el Prado. Yo me fijo más en museos como el de Bellas Artes de Valencia, la Casa Cervantes de Valladolid, el de Almería, el de Bellas Artes de Asturias, que conozco muy bien... El Museo de La Rioja será el Museo de La Rioja. Vamos a intentar tener nuestra propia identidad. Pero hay que estar al corriente de lo que ocurre a nuestro alrededor.
– ¿Redes sociales, página web?
– Estamos en ello, es necesario estar al día. Pero lleva tiempo, hay que hacer las cosas bien, hay que buscar la excelencia.
– ¿Dónde tiene el Museo de La Rioja la puerta al siglo XXI?
– A la sociedad ya no le interesan aquellos lugares elitistas de antaño, los museos han salido a la calle y eso también se tiene que reflejar aquí. Yo defiendo los museos como lugares con identidad, abiertos y de acogida. El objetivo es que la gente vaya al museo por gusto, que no sea un rollo ni una imposición. Que sientan que los museos son importantes.
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