La inocencia del burro

Con 84 años, muy activo, la mente despierta y su creatividad artística a pleno rendimiento, el autor de 'Trabajo clandestino' (1982) ha dejado atónitos a la cinefilia mundial filmando una historia interpretada y narrada bajo el punto de vista de un burro. 'EO' es la onomatopeya del rebuzno.

La película obtuvo el premio del jurado en el festival de Cannes y participó a concurso en la Seminci de Valladolid. En el certamen castellano el cineasta polaco ofreció una excitada rueda de prensa y, entre las geniales ocurrencias que aportó, dijo que trabajar con animales es más satisfactorio que hacerlo con actores profesionales.

El protagonismo de un asno no es novedad en la historia del cine. Ahí está en el recuerdo el estilizado costumbrismo de 'Al azar, Baltasar' (1966) del asceta francés Robert Bresson. Sin embargo, Skolimowski va más allá y utiliza al semoviente para atizar una demoledora alegoría sobre el mundo y sociedad actual.

El personaje del burro es un ser feliz al lado de su adiestradora y participando en números circenses. Una confabulación entre animalistas y autoridades locales liberan al bicho y lo dejan a sus anchas. El deambular de un sitio a otro del inocente equino, en clave de road movie, le permite al director trazar una áspera y cruel panorámica sobre la condición humana. El burro comienza a tener compañía de diverso signo que conforma un retrato actual de la barbarie europea. La aparición de Isabelle Huppert queda difuminada, la textura visual asombra y la utilización de música sinfónica le añaden un aire trascendente.