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Siguiendo la estela marcada hace un par de años por Millán de Benito, otro joven bailarín logroñés, Gabriel Tudelilla -de 17 años- participa a lo largo de esta semana en el Concurso Internacional del Prix de Lausanne (Suiza). Serán días intensos de clases, exhibiciones y competiciones para lograr abrirse hueco entre los finalistas o ganadores del certamen, que serán recompensados con becas de estudio en las más prestigiosas escuelas del mundo. El próximo sábado, día 8, se conocerá el palmarés.
Este es el primer gran hito en la carrera de Gabriel Tudelilla, quien se inició en la danza con apenas 5 años en la academia de María Salgado para luego pasar por las de López Infante y Anna Dzioubenko. «A los 11 años –nos cuenta– aprobé el acceso a 4º de Elemental en el Conservatorio de Burgos, por lo que mis padres me llevaban a recibir clases a Burgos cuatro días a la semana tras salir del colegio. Pero esa situación se hizo incompatible con mis horarios cuando empecé a cursar ESO, así que en los años siguientes volví a trabajar en Logroño con Anna Dzioubenko, hasta que hice la prueba de acceso en Burgos para 4º de Profesional. La aprobé y, con 15 años, me mudé a Burgos y comencé a estudiar profesionalmente». Y allí continúa, actualmente en 6° de Danza Clásica en la Escuela Profesional de Danza de Castilla y León 'Ana Laguna'.
– ¿Cómo se enfrenta al Prix de Lausanne?, un sueño para cualquier joven bailarín.
– Con muchas ganas e ilusión, pero a la vez con mucho respeto. Para mí es un concurso muy importante. Además del prestigio que tiene, lo he seguido desde que era pequeño y lograr haber sido seleccionado es algo muy especial para mí.
– ¿Con qué piezas se presenta al Prix de Lausanne? ¿Son elección suya, de sus profesores…? ¿Qué dificultad encierran?
– Voy con dos variaciones: una clásica y una contemporánea. La clásica es del ballet 'Paquita', de la sección del Grand Pas, que es básicamente el final del ballet, una variación dinámica y alegre. Por otro lado está la variación contemporánea 'Urge For Going' (canción de Joni Mitchell) de Christopher Weeldon, que viene del paso a dos 'The Two of Us' y es mucho más lírica y libre. Ambas variaciones fueron seleccionadas tanto por mis profesores de clásico como por mí.
– A primera vista parece un bailarín de gran flexibilidad. ¿Cuáles son tus fortalezas?
– Es verdad que una de mis principales fortalezas es la flexibilidad, así como mis líneas (condiciones físicas para el ballet) y, personalmente, creo que además de preocuparme por la técnica pongo mucho énfasis en transmitir a la hora de bailar. Para mí es muy importante transmitir emociones cuando bailo.
– Sorprende que ya de niño tuviera claro su vocación de bailarín. ¿Cómo fue esa revelación? ¿Algún antecedente artístico en casa?
– Mis padres me cuentan que, estando de viaje en Santander y al salir de un paseo en barca, les dije con mucha seguridad que quería ser bailarín. Mi madre es profesora de piano y siempre ha habido música en casa. Por otro lado, cuando éramos pequeños, mis padres nos ponían a mi hermana y a mí vídeos de cantantes y músicos de muchos estilos, desde Michael Jackson hasta los Cantajuegos, y tenemos muchas grabaciones bailando. Estoy seguro de que todo esto influyó en esa 'revelación'.
– ¿Algún referente de la danza?
– Tengo muchos: Marianela Nuñez, Svetlana Zakharova, Natalia Osipova, David Hallberg, Mikhail Baryshnikov… todos los bailarines son un gran ejemplo para mí ya que cada uno me aporta una visión diferente y todas ellas me enriquecen de igual manera
– ¿Qué papel del repertorio clásico sueña con interpretar sobre un gran escenario?
– Mi rol o papel favorito es el del Príncipe Sigfrido, que se encuentra dentro de mi ballet favorito, 'El lago de los cisnes'. Me encantaría poder interpretarlo, aunque aún me queda mucho para poder llegar a hacerlo.
– Además de danza clásica, creo que también baila otros estilos. ¿Hacia dónde le gustaría enfocar su futuro profesional?
– En el Conservatorio de Burgos también trabajamos contemporáneo, especialidad a la que se da mucha importancia. Cada trimestre realizamos talleres en los que vienen diferentes coreógrafos a montarnos coreografías, la mayoría de contemporáneo y neoclásico. Y soy una persona muy clásica; me gusta muchísimo la técnica clásica y disfruto mucho bailando y viendo ballet, pero sí que es verdad que el contemporáneo también me gusta muchísimo porque te permite descubrir y expresarte a nivel corporal de una manera diferente y mucho más libre. En el futuro me gustaría enfocarme hacia una compañía versátil, que trabaje repertorio tanto clásico como neoclásico/contemporáneo, ya que quiero bailar ambas especialidades y no quedarme solo en un estilo únicamente.
– El Prix de Lausanne podría abrirle las puertas de escuelas de grandes ballets europeos. ¿Alguna preferencia?
– Eso es, te da la posibilidad de que directores tanto de escuelas como de compañías de Europa y de todo el mundo puedan verte, lo que es una oportunidad increíble para cualquier bailarín. Mis preferencias están en este momento en poder ir a una escuela para poder seguir formándome.
– ¿Conoce a Millán de Benito, joven riojano que ya vivió esta misma experiencia, y con éxito, hace un par de años?
– Sí! Nos conocemos desde que éramos pequeños, ya que estudiábamos juntos en la academia de Aurora Infante. Él se ha alegrado mucho de que pueda vivir esta experiencia y tanto él como su familia me han deseado muchísima suerte.
– ¿Cree que vuestras experiencias pueden animar a otros niños (y lo digo en masculino) a atreverse con la danza clásica?
– Pienso que sí, ojalá que sea así, aunque también es verdad que, a nivel cultural, deben seguir cambiando muchos aspectos educativos que contribuyan a fomentar el arte, en este caso el ballet, en los niños.
– ¿Cómo imagina su futuro?
– El ballet es una disciplina muy sacrificada y es necesario ir poco a poco. Aún hay muchas cosas por decidir y deseo que mi futuro como bailarín llegue paso a paso, sin decisiones precipitadas, trabajando de manera constante. Espero poder ser feliz en un futuro y disfrutar de la danza en todo su ser, aprendiendo de ella cada día.
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Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
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