Ibarrola: «Nunca fui una mandada»

El Ayuntamiento de Logroño acoge hasta el próximo 10 de marzo 'Inmersión en tu pecera: una exposición de fotografías de los años 80', en la que María Victoria Ibarrula, conocida como Mariví Ibarrola (Nájera, La Rioja, 1956), recoge el espíritu de la movida madrileña a través de 51 imágenes, captadas entre 1979 y 1987, informa Rebeca Palacios de EFE.

En esta muestra domina el blanco y negro, con la excepción de cuatro instantáneas de Mecano, Los Secretos con los tres hermanos Urquijo, un grupo de políticos y una instantánea de Joe Strummer de The Clash, en la que también aparece ella.

Ibarrola recogió con su cámara el despegue de grupos míticos de los ochenta como Radio Futura, Siniestro Total, Aviador Dro, Alaska, Gabinete Caligari, La Frontera, Duncan Dhu, Nacha Pop, Raimundo Amador y Loquillo, pero también fue testigo de la visita de estrellas internacionales como David Bowie y Leonard Cohen.

Ha subrayado que los años de la movida no solo fue música, también había manifestaciones sociales y otras circunstancias cotidianas, como el movimiento okupa del barrio madrileño de Lavapiés, donde aún vive, una zona que le ha permitido publicar el libro documental 'De Lavapiés a la Cabeza', con fotografías de los años 80 y testimonios de los vecinos.

Así, en la muestra ha incluido también alguna imagen de este barrio y otras actividades culturales, como la rueda de prensa que ofreció Andy Warhol en 1983, un momento del rodaje de la película 'Matador', de Pedro Almodóvar con Antonio Banderas; y una actuación del grupo teatral La Fura dels Baus.

Ibarrola, quien a los tres años se trasladó a vivir a San Sebastián, ha constatado que sus imágenes tienen «alma» y parte de esa fuerza se la aporta el blanco y negro, además de los «defectos» que se pueden apreciar en estas fotografías, que les aportan una «riqueza» que no tienen las «perfectas» fotografías digitales.

Ha recordado que tenía el laboratorio fotográfico en su propia casa y trabajar por libre le permitía decidir qué actos cubría de la cultura juvenil, por lo que ha reconocido que nunca fue «una mandada» y pudo cubrir lo que le daba «la gana».

Pero ser «freelance» también conllevaba una inseguridad económica que, cuando tuvo hijos, le obligó a trabajar en el departamento de comunicación interna de Renfe y pasó de informar del underground al soterramiento de las vías ferroviarias, ha bromeado.