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Pablo Moreno dirige la cátedra IBM-UNIR de Data Science in Education. L.R.
«La IA puede ayudar a conservar la riqueza de nuestra lengua»
Pablo Moreno Ger | Vicerrector de Investigación de UNIR

«La IA puede ayudar a conservar la riqueza de nuestra lengua»

«Es fundamental trasladar el lenguaje computacional, en el que se asienta la IA, al español; tenemos el reto de que las máquinas la entiendan con sus matices y variedades»

Lunes, 23 de octubre 2023, 12:24

Vicerrector de Investigación y Coordinador del Programa de Doctorado en Ciencias de la Computación, Pablo Moreno es profesor en el área de Computación e IA y su investigación se centra en el uso de la IA en el ámbito educativo. Con una dilatada carrera en el campo de la investigación, en la actualidad dirige la cátedra IBM-UNIR de Data Science in Education y coordina el Programa de Doctorado en Ciencias de la Computación de UNIR. Pablo Moreno abrirá el jueves la jornada Educación y sociedad digital en el Rectorado de UNIR.

– ¿Comparte que la IA ha irrumpido en nuestras vidas de forma demasiado súbita y disruptiva como sostienen algunos pensadores?

– La IA lleva décadas entre nosotros. Desde entonces, las organizaciones han utilizado, en mayor o menor medida, el Big Data y el análisis de esos datos para crear algoritmos y optimizar procesos. Cierto es que la mejora de la velocidad de la computación y la gran cantidad de datos recopilados ha favorecido su desarrollo hasta lo que hoy conocemos como IA que se ha popularizado gracias sobre todo a ChatGPT y otras tecnologías generativas como DALL-E. Podemos tener la sensación de que la tecnología siempre va demasiado rápido, pero en realidad estamos viviendo una democratización del acceso a estas tecnologías y un mayor impacto en nuestro día a día.

– ¿Cuál cree que es el papel que debería cumplir?

– Dado que todos los ámbitos productivos son sensibles al impacto de la IA, lo que vamos a ver es su progresiva entrada como complemento a prácticamente cualquier trabajo. Muchos trabajos van a cambiar, algunos desaparecerán y otros simplemente cambiarán de forma y serán más eficientes al apoyarse en la IA. También surgirán nuevos empleos, en un entorno rápidamente cambiante. Como cualquier tecnología, la IA se puede usar para buenos y malos fines. Hay numerosas aplicaciones, presentes y futuras. Es un mundo de posibilidades espectacular.

– El potencial de la IA en el ámbito de la educación parece incuestionable, pero ¿está los educadores suficientemente preparados para desarrollarlo? ¿Y los alumnos?

– No siempre, pero cada vez más. El buen uso de IA puede ayudar enormemente tanto a educadores como a estudiantes, aunque los cambios en este sector son progresivos y tienen que acelerar para poder seguir el ritmo de la tecnología. Por ejemplo, las IA generativas, como DALL-E o ChatGPT, tienen un enorme potencial educativo, pero todavía muchos educadores las ven como una amenaza y muchos estudiantes como una manera de hacer trampas. Hay muchos centros educativos tradicionales intentando prohibir el uso de estas tecnologías, pero eso es ponerle puertas al campo. Tenemos que cambiar rápidamente el foco para no centrarnos en prevenir el uso de estas tecnologías, sino en incorporarlas a nuestras metodologías educativas como una herramienta más.

– ¿Cómo puede influir la IA en el futuro de la UNIR, como institución de éxito en el universo digital?

– La influencia de la IA en nuestra universidad es una realidad y, sin duda, un reto de cara al futuro. Actualmente estamos trabajando en diferentes proyectos de implementación de la IA para mejorar la eficiencia en procesos propios de UNIR, que podrán ser exportables a otros sectores. Por ejemplo, UNIR lleva tiempo impulsando proyectos como el registro automático del inicio de clases, el auditor virtual de llamadas o la detección de modificaciones en el BOE, entre otras. Tratamos de automatizar todos aquellos procesos que aportan menos valor para focalizar toda nuestra atención en el estudiante. Desde la perspectiva investigadora, contamos con seis grupos de investigación en el campo de la ingeniería y la tecnología, y en concreto, el grupo sobre Ciencia de Datos (DDS) y el Instituto de Investigación Innovación y Tecnología Educativa enfocan su actividad en proyectos de investigación de IA aplicada a diferentes ámbitos, especialmente la educación, pero sin dejar de lado áreas como la agricultura inteligente, la ciberseguridad, la inteligencia de negocio o, muy especialmente, el procesamiento del lenguaje natural.

«La tecnología bien usada es una ventaja y puede afectar a las instituciones y la sociedad, pero, es necesario emplearla con respeto y con ética»

– En su opinión, ¿tiene el español un lugar preeminente en el desarrollo de la IA?

– Estamos en el buen camino. Para nuestra lengua, es importante ocupar ese lugar preeminente, ya que la aplicabilidad de la IA actualmente se basa en su capacidad para entender los textos y la voz, y la mayoría de avances se han hecho inicialmente en inglés. De ahí que sea fundamental trasladar todo el lenguaje computacional, en el que se asienta la IA, al español, la segunda por número de hablantes en el mundo. Tenemos el reto de que las máquinas la entiendan con sus matices y variedades.

– Y la suma de este idioma universal, ¿cómo puede servir para impulsar el desarrollo de la región latinoamericana?

– Contribuiría, entre otras cosas, a que no se perdieran la riqueza y matices de nuestra lengua. Sobre estos últimos disertó hace una semana en San Millán la doctora Susana Cordero, directora de la Academia Ecuatoriana de la Lengua, durante su investidura como doctor Honoris Causa. Las nuevas tecnologías, aplicadas al lenguaje natural fundamentalmente en inglés, amenazan con abrir una brecha lingüística en favor de dicho idioma. Además, desarrollar la IA en español contribuirá a conservar y difundir los legados humanísticos, como ha quedado patente en el Congreso Científico de Humanidades Digitales que celebramos, junto a la HDH, la semana pasada en Logroño. Por otro lado, impulsar el español en el ámbito tecnológico, según aboga el Banco Interamericano para el Desarrollo, permitirá crear oportunidades de desarrollo para reducir las brechas y la desigualdad en América Latina y el Caribe.

– Es usted un alto responsable de una institución de educación superior que trabaja con material tan sensible como el conocimiento: ¿cuál es su grado de confianza con la IA?

– La tecnología bien usada es una ventaja y puede afectar positivamente a las instituciones y la sociedad, pero, tal y como he comentado anteriormente, es necesario hacerlo con respeto y con ética. En UNIR así lo creemos y por ello estamos trabajando en la creación de un manifiesto ético que regule el uso de la IA. Tengo la certeza de que sabremos usar la IA de manera responsable y productiva, tanto en nuestra institución como en el total del tejido social e industrial, y veo el futuro con optimismo.

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