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LA RIOJA
Jueves, 7 de noviembre 2019, 14:23
La huella de Margarita Salas, su sabiduría, su conocimiento y su experiencia como científica pionera también ha quedado grabada en La Rioja para siempre. Fue en enero de 2017 cuando Salas visitó por última vez la Universidad de la Rioja. La científica ... pronunció entonces 'Mujer y ciencia: mi propia experiencia' ante una nutrida audiencia de estudiantes que abarrotó el Aula Magna del Edificio Quintiliano de la UR.
La científica abrió así el ciclo 'Referentes UR-La sociedad en busca de referentes', que formaba parte del programa con el que la entidad académica celebró su 25 aniversario.
El día anterior, Salas narraba en una amplia entrevista a Diario LA RIOJA su experiencia en el mundo científico. «He trabajado mucho para salir adelante y pasar de ser 'la mujer de' a ser Margarita Salas» decía y afirmaba que le haría mucha ilusión que le dieran el Princesa de Asturias.
«Cuando empecé la tesis doctoral en 1961 se pensaba que las mujeres no valíamos para la investigación. Eso suponía, por ejemplo, que mi director de tesis, Alberto Sols, no confiara en mí. Yo era invisible. Era consciente y me sentía muy discriminada. Cuando le pedí que fuera mi director iba con una recomendación de Severo Ochoa y gracias a ella me aceptó. Años después al volver de Estados Unidos, Solís contó esta anécdota: «Cuando Margarita vino a mi despacho pensé, ¡bah, una chica; le daré poca importancia porque si no lo saca no pasa nada». Esa era la mentalidad sobre lo que se podía esperar del trabajo científico de la mujer», contaba la asturiana.
También deseaba Margarita Salas «que las mujeres pudieran llegar a ocupar los puestos que les corresponde por su trabajo y capacidad. Que no haya discriminación negativa; tampoco positiva, no quiero las cuotas, no quiero que a la mujer se nos dé nada por ser mujeres, que se nos dé por lo que valemos. Hay que luchar mucho pero también es cierto que en nuestros laboratorios empiezan la tesis doctoral más mujeres que hombres y éstas seguirán un futuro profesional de investigación. Es verdad que la mujer tiene más dificultades para tener una familia, ser madre, pero la sociedad tiene que dar facilidades».
En cuanto al retorno del talento, decía que «el problema es que las posibilidades son muy escasas para los que quieran volver a España. Hay pocos puestos de trabajo, hay poca financiación. Lo ideal es acabar la tesis doctoral, ir 3 o 4 años al extranjero a hacer una fase postdoctoral y luego volver a España. Pero, en este momento, está muy limitado por la falta de medios. En la actualidad se puede perder una generación de investigadores».
No era la primera vez que Margarita Salas, visitaba la UR para pronunciar una conferencia. También estuvo en la universidad riojana en Logroño en 2001. En aquella ocasión, la científica asturiana fue la encargada de abrir las jornadas de la UR destinadas a concienciar sobre la necesidad de apoyar la investigación para poder aplicar sus avances.
En una entrevista a Diario LA RIOJA, declaraba que las ayudas y becas «representan un balón de oxígeno para el mundo de la investigación; una vía para recuperar a los jóvenes investigadores y facilitar que inicien sus trabajos. Lo que resulta más complicado es la recuperación de 'los cerebros', esos profesionales que en algunos casos llevan quince o veinte años desarrollando su labor en el extranjero y que ya están totalmente asentados en esos países».
También opinaba que «se necesita mucho más dinero para seguir invirtiendo en investigación. Ahora se dedica el 1 por ciento del PIB, y se espera para el fin de la legislatura que llegue al 1,4 por ciento. Aún así, seguimos estando a la cola respecto a los países europeos de nuestro entorno donde hace tiempo que han rebasado el 2 por ciento. La diferencia es todavía mucho mayor frente a Estados Unidos o Japón. En todo caso, creo que estamos atravesando un periodo de cierta esperanza. Persiste una sensación de que se está avanzando y hemos superado el estancamiento de los últimos años».
En cuanto a la educación, sostenía entonces que «una enseñanza de calidad, debe ahondar en una investigación de calidad. A veces se olvida que la función de la universidad no sólo es educar, sino también fomentar la investigación.»
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