«Tenía mucha ilusión por presentar el libro en Logroño», confiesa Adrian Shubert, que hoy presenta 'Espartero, el Pacificador' (Galaxia Gutenberg) y pronunciará la conferencia titulada '¿Por qué hacer una biografía de Baldomero Espartero?'. El acto, que comienza a las 19 horas en el Ateneo ... Riojano, ha sido organizado por esta entidad cultural y el Instituto de Estudios Riojanos.
-Siete meses después de que viera la luz su biografía sobre Espartero, la figura del Duque de la Victoria se ha puesto de moda en toda España. ¿Cómo lo ha visto desde Toronto?
-Me alegro de que se haya producido esta revalorización de la figura de Espartero. Me gustaría que esto se extendiera a todo el siglo XIX, un siglo que los historiadores tenemos bastante abandonado, sobre todo en comparación con el siglo XX, y en particular la época que va de 1931 a 1975. En esto estamos haciendo el trabajo de Franco, que odiaba al siglo XIX y dijo que era mejor que «se borrara» de la historia de España.
«La Duquesa de la Victoria merece una biografía por sí misma. Si saliera a la luz más material sobre ella...»
«Espartero nunca dijo que había que bombardear Barcelona cada 50 años. Es una manipulación histórica con fines políticos»
-Cree usted que su libro es «la biografía definitiva» sobre Espartero o todavía tiene más recorrido el personaje.
-En la historia, y en la biografía, hacer un trabajo realmente definitivo es casi imposible. Siempre existe la posibilidad de que salga documentación nueva, pero aun trabajando con las mismas fuentes que yo, otro investigador puede presentar una interpretación distinta de Espartero y su papel en la historia de España. Dicho esto, creo que 'Espartero, el Pacificador' está basado en una investigación exhaustiva, tanto en las fuentes primarias como en la literatura secundaria y escrito con el beneficio de los enfoques biográficos más actualizados. Es tanto un estudio de la cultura política de la época como una biografía de una sola figura.
-¿Qué repercusión está teniendo el libro en el mundo académico anglosajón?
-Fuera del pequeño grupo de especialistas en la historia de España, ninguna. Desgraciadamente. Si me lo permite, quiero hacer un comentario sobre el adjetivo «anglosajón». Sé muy bien que se usa en España para hablar del mundo anglófono, pero siempre me ha parecido incorrecto. Es una etiqueta racial o étnica, no lingüística. No todos los anglófonos somos anglosajones ni mucho menos. Estoy seguro de que un irlandés, por ejemplo, estaría de acuerdo conmigo.
-¿Ve la posibilidad de una edición en inglés?
-La verdad, es difícil. Lo he intentado con varias editoriales académicas y ninguna ha querido publicarlo. Lo cual sorprende en un mundo donde se lee tanta biografía. Una editorial, muy prestigiosa, me dijo que es un trabajo «demasiado especializado»; lo que quieren decir es que tratándose de un tema español que no sea la Guerra Civil no interesa a nadie. Ahora mismo hay una editorial que va a leer el manuscrito, pero primero tengo que terminar de traducir las citas del castellano al inglés.
-Con motivo de las diferentes elecciones en España, cierto independentismo catalán sigue agitando la famosa frase de «bombardear Barcelona cada 50 años». ¿Qué le parece?
-Me parece triste, en primer lugar porque es mentira que Espartero lo dijera. Es un ejemplo más de la típica manipulación de la historia con fines políticos. La verdad es que Espartero admiraba mucho a los catalanes y ellos le querían a él. Dos ejemplos que me gustan mucho. En 1859, el mismo año en que estaba organizando los primeros Jocs Florals modernos, Víctor Balaguer, una figura clave de la Renaixenca, escribió un largo poema en catalán, 'Homenatje y recort al General Espartero'. Segundo ejemplo. En los años 60 del siglo XIX, cuando las autoridades lo permitieron, los progresistas catalanes celebraban San Baldomero como una fiesta cívica y, entre las actividades, se repartían panes con el nombre de Espartero estampado.
-Una parte importante de 'Espartero, el Pacificador' está dedicada a Jacinta Martínez de Sicilia. ¿Merece la esposa de Baldomero una biografía propia?
-¡Por supuesto! La Duquesa de la Victoria merece una biografía por sí misma. Me habría gustado hacer una biografía doble, pero hasta ahora no he hallado bastantes fuentes sobre Jacinta para hacerlo, y he acabado incluyéndola en el libro todo lo que pude. Encontré unas veinte cartas suyas mezcladas entre las de Espartero, aunque sigo esperando que salga más material a la luz.
Hispanistas anglófonos
-¿Por qué cree que desde hace décadas y décadas los hispanistas anglófonos tienen tanto crédito sobre la historia de España?
-Durante el franquismo -y quizás en los primeros años posfranquistas- tuvo su sentido. Los hispanistas anglófonos, y también algunos franceses como Pierre Vilar y españoles exiliados como Manuel Tuñón de Lara, pudieron escribir libros sobre la Segunda República y la Guerra Civil cuando era difícil que lo hicieran los españoles. Personas como Hugh Thomas, Gabriel Jackson, Burnet Bolloten, Herbert Southworth, Edward Malefakis y Paul Preston escribieron unos libros muy importantes. Cuando vine a España como estudiante de doctorado en 1979, todavía era así, y creo que todos los extranjeros que nos dedicábamos a la historia contemporánea de España teníamos un estatus un poco especial por el mero hecho de ser extranjeros. En mi caso, como canadiense, también hubo un toque de exotismo. Luego, en los años 80, llegó un momento en que había cierto resentimiento entre algunos colegas españoles. Ahora me parece que la situación es distinta. Todavía hay un hispanista extranjero, Paul Preston, con mucho prestigio; dos si contamos a Stanley Payne, que en los últimos años se ha convertido en una figura polémica. Sin embargo, casi todo el trabajo importante lo hacen los españoles, algunos de los cuales trabajan en el extranjero. Los demás no pasamos de ser simples colegas cuyo trabajo puede ser mejor o peor.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.