Historia antigua de La Rioja y sus santos
Historias de La Rioja sin salir de casa ·
Compendio. Fray Mateo de Anguiano publicó en 1701 un volumen de 800 páginas de gran valor documental y uno de los primeros libros de la historia de la comunidadSecciones
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Historias de La Rioja sin salir de casa ·
Compendio. Fray Mateo de Anguiano publicó en 1701 un volumen de 800 páginas de gran valor documental y uno de los primeros libros de la historia de la comunidadGracias a historiadores, eruditos o a personas amantes de su tierra, los pueblos, las regiones, los países... han podido reconstruir parte de sus señas de identidad. Por lo que respecta a La Rioja, además de escribanos o altos funcionarios, como el caso de Albia de Castro, buena parte de la documentación de personajes, hechos o sucesos que han conformado lo que hoy es la comunidad ha salido de monasterios e iglesias. En sus bibliotecas se conservaban libros y manuscritos a los que muy poca gente tenía acceso y entre sus religiosos se hallaba el mayor porcentaje de quienes sabían leer y escribir.
Este es el caso de Juan García, más conocido cuando tomó los hábitos como fray Mateo de Anguiano, localidad riojana en la que nació en 1649. Monje capuchino desde 1673, historiador y misionólogo, definidor y procurador de Castilla, fray Mateo falleció en Madrid en 1726 tras dejar escritas importantes obras, entre ellas la que hoy traemos a estudio: 'Compendio historial de la provincia de la Rioja, de sus santos y milagrosos santuarios' (1701), siendo en aquel año monje del monasterio de Valvanera.
Este compendio aborda de forma prolija –consta nada menos que de 800 páginas– la historia de las tierras riojanas y de los santos de cada una de sus localidades. El documento posee un enorme valor, primero como fuente documental histórica sobre la región entre las últimas décadas del siglo XVII y albores del XVIII y, segundo, porque es uno de los primeros libros de historia sobre La Rioja.
Aunque en la primera edición de 1701 no aparece el nombre del autor y sí el de su sobrino Domingo Hidalgo de Torres y la Cerda, la segunda de 1704 ya certifica que el responsable de investigar y redactar el 'Compendio' es fray Mateo de Anguiano.
No resulta de ser curioso que el monje pusiera tanto énfasis en denominar a La Rioja «provincia» en el propio título, cuando dicha categoría administrativa no se oficializó hasta 1822, más de un siglo después, y no se perpetuó tras la muerte de Fernando VII, en 1833.
De hecho, realiza Mateo de Anguiano una breve descripción de la comunidad en las primeras páginas del volumen:
«(...) en su longitud la Provincia de la Rioja va desde Villafranca de Montes de Oca hasta la villa de Ágreda, y su latitud se toma desde las cumbres de las Sierras, que por la mayor parte ciñen dicha provincia, que son muchas y muy altas. Todas las poblaciones que se contienen en dicha demarcación son pertenecientes a dicha Provincia, y sus Naturales son y se llaman Riojanos (...) La Provincia de la Rioja linda inmediatamente con los Reynos de Navarra y de Aragón, con las Provincias de Alaba y la Bureba, con tierras de Burgos y de Soria».
Más adelante, incluso, el fraile abunda en su calificación geopolítica: «Dividese La Rioja en alta y baja: La alta comienza desde Villafranca de Montes de Oca hasta Logroño y la baja desde Logroño hasta Agreda y casi toda atraviesa a lo largo del río Ebro».
Sin duda, fray Mateo de Anguiano fue un hombre muy adelantado a su tiempo.
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