De héroes del Sitio a verdugos del Auto de fe

Fue el mayor proceso contra la brujería celebrado por la Inquisición española: 53 personas del valle de Xareta (Zugarramurdi y Urdax en Navarra, además de Sara y Ainhoa en Labort, Francia) fueron procesadas en el tribunal de Logroño, torturas incluidas, y once fueron condenadas a la hoguera, cinco hombres y seis mujeres.

Hoy día, sin embargo, parece más motivo de celebración; y con éxito incuestionable. Un amplio programa de recreaciones callejeras en torno al Espolón y la plaza de San Bartolomé fue seguido durante toda la jornada del sábado por multitud de público. Lo organizan la asociación histórico-cultural Guardias de Santiago y la asociación de vecinos del Centro Histórico, con el patrocinio del Ayuntamiento de Logroño.

El programa incluye cerca de treinta propuestas, entre actuaciones teatrales, conciertos, visitas, cuentacuentos y pasacalles, así como un 'mercado de la brujería' con puestos de artesanía, alimentación y decoración de época. El plato fuerte tuvo lugar en la tarde-noche junto a la iglesia de San Bartolomé con la representación del aquelarre protagonizado por gentes de Zugarramurdi, tras el cual las asociaciones recreacionistas al mando de los inquisidores persiguieron, detuvieron, juzgaron y quemaron a los acusados.

Es un programa creciente de año en año, ya casi una tradición cada otoño, que esta vez arrancó el viernes y que concluye este domingo, cuando, entre otras actividades teatrales y turísticas, al menos sí hay previsto un acto de homenaje a las víctimas en 'el bosque de la memoria' del parque del Ebro (a las 13.30 h.).

Son distintas formas de entender la memoria colectiva. «Un hecho lleno de controversia –admiten los organizadores– dudas y reconocidos errores que aún hoy, más de cuatrocientos años después, sigue despertando interés y curiosidad, tanto por los logroñeses como por aquellos visitantes que quieren conocer lo que realmente ocurrió en esta época y por qué Logroño se convirtió en el escenario principal de este destacado proceso. Representamos este Auto de fe para que la historia no se olvide y afrontemos el presente conciliador y en paz».