Hergé, más allá de Tintín

Hasta febrero de 2023, el Círculo de Bellas Artes acoge 'Hergé. The Exhibition', que en su periplo por París, Quebec, Seúl, Shanghái o Lisboa, sumó más de medio millón de visitantes.

Reúne más de trescientas piezas originales del universo de Hergé, muchas de ellas cedidas por su museo de Lovaina. Hay ilustraciones, planchas, primeras ediciones, bocetos, estudios y croquis preparatorios, además de carteles, fotos, esculturas, cartas, maquetas y obras pictóricas propias y de la notable colección de arte de Hergé.

Algunas de sus viñetas más célebres han rozado ya los tres millones de euros en las salas de subastas, y Tintín sustenta una fabulosa y multimillonaria industria.

Hergé fue profético cuando en 1969 avanzó cómo sería el cómic en el año 2000. «Espero que al fin habrá sido totalmente reconocido y se convertirá en un medio de expresión en toda regla, como la literatura o el cine», decía el hoy considerado padre del cómic europeo. Además de maestro de la línea clara y creador de Tintín, desplegó múltiples talentos como diseñador gráfico, pintor, publicista y guionista.

«Entramos a la trastienda creativa de este genio universal para desvelar sus influencias cinematográficas, su enriquecedor diálogo con el arte contemporáneo y su trabajo de estudio», dice el tintinófilo Joan Manuel Soldevilla.

Además de las pinturas del propio Hergé, inspirado por Modigliani, Klee o Miró, se puede disfrutar de su colección privada de arte. Junto al retrato que le hizo Andy Warhol están algunas de las obras de Poliakoff, Dubuffet o Roy Liechtenstein que atesoró y un telegrama de Dalí. También de sus útiles de dibujo y sus cuadernos de trabajo, y piezas icónicas, como el original del fetiche arumbaya que inspiró 'La oreja rota'.

A España Tintín llegó tarde y mal a finales de los cincuenta. Y eso que en 1930 se publicaron algunas ilustraciones suyas en la revista scout vasca 'El pionero'. Tras dos intentos fallidos en 1952 y en 1957, Concepción Zendrera tuvo el tino de publicarlo en Editorial Juventud. El primer álbum editado en España, 'El cetro de Ottokar', apareció en 1958 y el fenómeno explotó en la década de los sesenta. Aquellos pioneros lectores son hoy abuelos que trasladan a sus nietos la pasión por el reportero que pronto será centenario y que inició su interminable aventura viajando al extinto país de los sóviets.

Hoy se le reivindica sin complejos a Hergé como uno de los grandes artistas del siglo XX. No en vano, cuando la muestra se presentó en el Grand Palais de Prarías su comisarios equipararon el talento del historietista belga con los de Edward Hopper, Niki de Saint Phale, Andy Warhol o Joan Miró.

La muestra cubre toda la vida del polifacético creador, desde que con ocho años alimentara en Bruselas su imaginación en el cine para crear sus primeros obras en blanco, hasta su consagración en séptimo arte con la película de Steven Spielberg. La aventura tintinesca comenzó en 'Le Petit Vingtième, el suplemento infantil y juvenil del periódico católico fundamentalista 'Le Vintiègme Siècle'.

Eternamente joven, el incansable Tintín sigue ganando lectores con su vitalidad inmarcesible, junto al capitan Haddock, el alocado profesor Silvestre Tornadol, los inefables Hernández y Fernánez, la diva Bianca Castafiore y la galería de memorables personajes. Ha conquistado un lugar de privilegio entre los grandes de la literatura universal. No en vano en 1999, los lectores de diario francés 'Le Monde' valoraron 'El loto azul' como el décimo octavo libro entre los cien que marcaron el siglo XX, colocando a Hergé en compañía de autores como Aldous Huxley, Alexander Solzenitzin o Ana Frank.