Hallan nuevas pinturas rupestres en la Sierra Madrona de Ciudad Real  

Se trata de figuras antropomorfas de tipo ancoriforme, ídolos oculados y dibujos de puntos y barras que han sido descubiertas por miembros de la asociación naturalista ANASMA que organiza desde hace años incursiones por esta sierra. «Las pinturas están muy bien conservadas. Son figuras humanas, escenas de caza y mortuorias que se han descubierto en dos abrigos bajo peñones inclinados y que han llegado hasta nuestros días por estar salvaguardadas de la lluvia, el viento, el sol y la nieve», explica José Duque, presidente de esta asociación que ya ha comunicado el hallazgo a la Consejería de Cultura de la Junta de Castilla-La Mancha para su catalogación y protección. 

Estas pinturas vienen a confirmar que esta zona de Sierra Madrona estuvo habitada entre el Neolítico final y la Edad del Bronce. Se realizaron en su mayoría en color rojo a partir de pigmentos elaborados con óxidos de hierro, ocres y aglutinantes orgánicos como miel, grasa o huevo. La pasta obtenida se aplicaba en la pared con ramillas escobilladas o con los dedos de la mano y el resultado se ha conservado hasta el presente porque los abrigos de Solana del Pino son de dura cuarcita y no de caliza, lo que evita la aparición de pátinas cálcicas.

El arte rupestre de Sierra Madrona es conocido desde principios del siglo XIX cuando el investigador francés Henri Breuil localizó varios abrigos en la zona con pinturas de trazo grueso y oscuro que los pastores lugareños conocían como «garabatos». Pinturas que fueron realizadas por pueblos con una cultura desarrollada, dedicados a la agricultura, la ganadería y la caza, que encontraban en abrigos poco profundos el lugar idóneo para manifestar sus inquietudes pictóricas.

A pesar de que se hallan en lugares de difícil acceso, en Solana del Pino consideran que podría ser un recurso turístico aprovechable pues podría servir de reclamo para las localidades de la Sierra Madrona, azotadas por el problema de la despoblación.