Tomatito |Guitarrista flamenco
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Tomatito |Guitarrista flamenco
«La guitarra hay que quererla y estar con ella»Hijo, nieto y sobrino de 'Tomates', criado entre guitarras, discípulo de Paco de Lucía y hermano del alma de Camarón de la Isla... tanto anda entre leyendas y con tanta valía propia que va camino de convertirse en una. José Fernández Torres 'Tomatito' (Almería, 1958), ... uno de los guitarristas más grandes del arte jondo, regresa hoy al ciclo Jueves Flamencos con un Teatro Bretón abarrotado. Su forma de abordar tanto los palos sobrios como los festivos saca a relucir una personalidad sin precedentes y un don interpretativo fuera de la común. Su carisma y compromiso, además, lo convierten en un monumento vivo del flamenco.
– Vuelve a Logroño con el teatro lleno desde hace días. ¿Qué siente ante un recibimiento así?
Tomatito (guitarra)
Acompañamiento José del Tomate (segunda guitarra), Morenito de Íllora y Kiki Cortiñas (cante) e Israel Suárez 'Piraña' (percusión)
Teatro Bretón Jueves Flamencos, 20.00 horas (entradas agotadas)
– Es una satisfacción que a la gente le guste el flamenco en todas partes y que nos reciba de esa manera en una tierra que está en la otra punta, como digo yo. Eso significa que le estamos dando al flamenco la importancia que tiene, porque es una música muy auténtica. Yo tengo el privilegio de andar por el mundo y el público en todas partes se porta muy bien, la verdad que sí. Cada vez se aprecia más esa autenticidad y esa música de raíz, igual que el jazz o que otras músicas únicas.
– ¿Qué recuerdo tiene del público riojano?
– Siempre bien. Me lo paso muy bien y estoy deseando volver a estar con este público entendido y amante del flamenco. Como tampoco vamos muy a menudo uno está deseando hacerlo lo mejor que sabe para transmitir a la gente lo que tiene dentro y lo que es el flamenco.
– ¿Cómo será el concierto?
– Hago un paseo por mi música. Por ejemplo, hago un tema que grabé con Michel Camilo y que se lo dedico a Paco de Lucía. Llevo a mi hijo, que toca una zambra de mi abuelo que tocaba mi tío Niño Miguel. Llevo cantaores... En fin, repasar mi música, los discos que tengo y a pasárnoslo bien.
– ¿Qué siente al tocar con su hijo, José del Tomate?
– Es algo muy especial, un orgullo. Que lo vaya haciendo bien y que la gente lo vaya conociendo. Y que se porte bien y se lo haga bien.
– Traspasar la tradición de generación en generación, como es el caso de su saga, es algo muy flamenco. ¿Cómo lo siente usted?
– Sí, pero sin obligación. A mí no me obligaron a tocar la guitarra. Luego eres tú mismo el que se obliga a estudiar y trabajar la guitarra, porque es un instrumento que no es fácil. En cuanto a mi hijo, una vez que ves que le gusta, que sale de él, que lo hace con gusto, entonces, sí, das consejos. Yo, que tengo muchos años, muchas veces doy 'master class' a muchachos y les digo: la guitarra hay que quererla y hay que estar con ella.
– Tuvo un encuentro de maestro a maestro con el guitarrista clásico Pablo Sainz-Villegas. ¿Salió algún proyecto de aquello?
– Estuvo en casa y fue estupendo. Un gran guitarrista y gran aficionado al flamenco, que son muy diferentes. Únicamente grabamos un vídeo, pero es complicado hacer planes porque los dos tenemos conciertos y agendas muy apretadas.
– El flamenco goza de su propio prestigio y su popularidad en el mundo de la música a nivel internacional gracias a maestros como Paco de Lucía. ¿Cómo valora la labor que él hizo?
– Paco de Lucía ha sido el mejor guitarrista de la historia de la guitarra flamenca. Abrió las puertas del mundo, del globo de la Tierra para que nosotros fuéramos detrás. Él hizo de todo: hizo flamenco, hizo clásico, tocó con John McLaughlin, con Chick Corea... con los más grandes. Y gracias a él estamos los demás funcionando en el mundo. Las giras que hago en América, en Alemania, en Japón... todo eso ya lo hizo Paco y con mucho estilo. Paco de Lucía es mayúsculas y luego estamos todos los demás; que nos ponga la gente en el sitio que quiera.
– También es inevitable el recuerdo de Camarón. Veo una foto suya en la funda de su guitarra, pero sospecho que lo lleva mucho más dentro.
– Oh, era mi hermano mayor. Estuve años con él y no le recuerdo ni una cosa fea, ni un detalle feo. Como persona era... es que era algo que no se puede aguantar, hijo mío. Nace un genio de esa clase, con esa humildad y con esa genialidad. Solo podía ser como era él y ya está, no hay otra cosa.
– Ustedes son los que hacen grande el flamenco. ¿Qué hace al flamenco un arte tan singular?
– Para mí el flamenco es una forma de vida, una forma de sentir y de transmitir. Hay algo cuando escuchas a un cantaor de corazón y se te caen las lágrimas. Hay algo que transmite, algo inexplicable.
– ¿Y la guitarra? ¿Qué transmite el toque que no puede transmitirse de otra manera?
–Paco me decía: hay que tener musicalidad tocando. La técnica tiene que estar al servicio de la música y no al revés. ¿Comer para vivir o vivir para comer? Pues con la guitarra es lo mismo.
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