El guardián de la memoria documental

Y aunque un año más tarde se constituyó en Logroño la Junta del Patronato, la farragosa burocracia y el posterior estallido de la Guerra Civil impidieron su puesta en marcha. Habría que esperar al 7 de diciembre de 1949 para que una orden ministerial fundara el Archivo Histórico Provincial de Logroño. Al menos sobre el papel.

Con motivo del 70 aniversario de aquella fecha, el Ateneo de Logroño, en colaboración con el propio Archivo Histórico Provincial de La Rioja (AHPLA), ha organizado unas Jornadas destinadas a conocer y a difundir la labor realizada en defensa del patrimonio documental por parte de la citada entidad que hoy comienzan. Un programa, como explica la doctora en Historia y coordinadora, María Pilar Salas, «diseñado para reflexionar sobre el pasado, el presente y futuro de la investigación histórica y, también, para rendir homenaje a una institución que está llevando a cabo durante las últimas décadas una labor tan encomiable como callada».

Sin embargo, la orden ministerial de 1949 tampoco significó algo definitivo, ya que no iba acompañada de una ubicación propia ni de una plantilla técnica específica. La sede provisional se constituyó en la Biblioteca Pública, entonces situada dentro del Instituto de Bachillerato 'Práxedes Mateo Sagasta', así como en otros locales dispersos, como la Diputación Provincial o diferentes dependencias, públicas o privadas, de Logroño.

Muchas décadas después, el 29 de abril de 1983, fue inaugurado oficialmente el actual edificio, situado en la calle Rodríguez Paterna. Tras varios años de gestiones burocráticas y de obras, el AHPLR quedó instalado en un edificio del barrio de la Villanueva, sobre el solar de una casa señorial del siglo XVIII, de la que sólo se conserva su fachada neoclásica, propiedad de la familia de los Orive, regidores perpetuos de la ciudad.

«Tras más de treinta años de precariedad, los protocolos notariales de la provincia comenzaron a ser recogidos de los diferentes partidos judiciales, de forma sistemática, y a ser albergados en un archivo, el primero de los de su género en España, construido de nueva planta y concebido con arreglo a criterios de modernidad y funcionalidad de la época», argumenta Micaela Pérez, directora del Archivo.

La actividades programadas con motivo del 70 aniversario de la creación del AHPLA arrancaron este jueves, en el salón de actos del Ateneo Riojano, precisamente con una conferencia a cargo de la propia directora, Micaela Pérez, titulada 'El Archivo Histórico Provincial de La Rioja. Secciones y documentos'. El resto de las ponencias están previstas para los jueves 14 y 21 de febrero, todas ellas a las siete y media de la tarde.

«Micaela Pérez, que se incorporó al AHPLR en 1987 y ocupa la dirección desde 1999, ha hecho posible durante todos estos años que el Archivo Histórico Provincial acerque sus fondos a los investigadores de diversas áreas, orientándolos en las mismas, al tiempo que día a día se atienden las consultas de personas particulares -explica la profesora e investigadora Pilar Salas-. Y todo ello, acompañado de visitas guiadas a alumnos de colegios, institutos, universidad, agrupaciones culturales, etc. que permiten dar a conocer la documentación que se custodia a los futuros investigadores».

En la actualidad, el AHPLR protege miles y miles de cajas, que contienen protocolos notariales y otros documentos y objetos de Hacienda, Catastro, Educación, Justicia o Gobierno Civil, entre otras instituciones. Si en la inauguración se jactaban las autoridades de que su capacidad en línea era de unos 20 kilómetros (caja, tras caja), en la actualidad 15 de estos kilómetros ya están repletos de material histórico.

En los últimos años, se han restaurado y digitalizado los volúmenes del Catastro del Marqués de la Ensenada, de mediados del siglo XVIII, que puede consultarse en Internet (https://catastrodeensenada.larioja.org/) y lo mismo ocurre con más de 2.500 planos del Catastro topográfico de toda La Rioja (www.iderioja.larioja.org).

Poco a poco, el Archivo se ha ido enriqueciendo con donaciones de fondos fotográficos y documentales, adquisiciones en librerías y particulares o hace, una década, con el fondo Alesón, de una familia nobiliaria originaria de Sotés.