Hubo un tiempo no tan lejano en el que la música en directo era la base para planear una noche de fiesta en cuadrilla. En el que las salas de cualquier pueblo llenaban su agenda cada mes con grupos de rock, punk y pop y ... en el que los jóvenes se dejaban llevar por la inquietud que les removía para organizarse en colectivos culturales que revolucionaban la vida de las localidades sin esperar a que las administraciones vinieran a programar u organizar nada.
Publicidad
Era un tiempo en el que los bares eran lugar de encuentro de ideas, inquietudes. En esa agitación, Carlos, Alberto, Manolo y Antonio buscaron confluir la pasión por el rock que latía en Alfaro en un colectivo. Le pusieron sus iniciales por nombre y lo que les movía por apellido, con unos pies en marcha como logotipo. Buscando también el juego de palabras en el tránsito de los 80 a los 90 surgió el Colectivo Camarock, que organizó un buen puñado de conciertos y encuentros teatrales en la primera mitad de la nueva década en la ciudad.
Para entonces, la Asociación Crepúsculo había traído a Alfaro a los principales nombres del panorama nacional a su sala. Había conciertos de continuo y la juventud se volcaba para disfrutarlos. «Los años 80 habían removido el avispero. Y el colectivo surgió porque había ganas de hacer cosas, la energía nos desbordaba y buscábamos organizar conciertos de rock n'roll en nuestra ciudad», recuerda Carlos Catalán. Él era el batería de Hekate, donde Alberto Pérez 'el Bala' tocaba la guitarra; Antonio Pérez ideaba Randall a las baquetas; y la inquietud de Manolo Moreno empezaba en sus pinitos en eventos.
Diario LA RIOJA anunciaba la presentación de la asociación con un concierto en la Crepúsculo el 23 de noviembre de 1991 con Hekate, Randall y los pamploneses Sátira, presentando su obra maestra 'El mundo de los sueños'. Relataba Samuel Calvo la colaboración de un grupo de jóvenes en la organización de las noches de rock en la plaza Cervantes durante las fiestas patronales de agosto, idea que tomaba forma «con gran entusiasmo».
Publicidad
Fueron unas patronales con festivales de primer nivel, como el encabezado por Ñu, Los del Rayo y los ganadores ese año del Villa de Bilbao, Rock Damm; el pasado por agua y que tuvo que repetirse de los Platero y Tú del 'Muy deficiente' con los heavys alfareños Ataxia en el frontón pista el 13 de agosto de 1992; o el de ese 19 de agosto con los Su Ta Gar de su primer zarpazo, 'Jaiotze basatia' y Randall, un conciertazo que pudo no celebrarse: la asamblea 'Padres contra la droga' advirtió de que atraería a camellos en esa vieja condena que vinculaba rock con droga. Una reunión entre padres, Camarock y Ayuntamiento acercó posturas y el compromiso de medidas para espantarlos y la presencia de la pancarta 'Concierto, sí; drogas, no'.
Camarock extendió actividad: se unió a la costumbre de los alumnos del instituto de organizar un concierto para recaudar para su viaje de estudios, ese 1991 con La Polla Records, Tijuana in Blue y Los Baches en el frontón; amplió disciplinas con el certamen de teatro aficionado en navidad; llenó el frontón con Leize y Rosendo el 21 de noviembre; celebró su primer aniversario con un festival que unió el jazz de T. J. Blues Band, el folk de los maños Ixo Rai y el rock de Hekate el 19 de diciembre; programó la presentación de la maqueta de Randall con un llenazo en la Crepúsculo el 3 marzo de 1993 o a Luis Eduardo Aute en la plaza de toros en 1996.
Publicidad
Las obligaciones laborales fueron restándoles tiempo y la actividad del colectivo se fue diluyendo. Unos años después, el 4 de abril de 1999, Carlos y Manolo volvían a juntarse, junto a otros inquietos amigos, para organizar el concierto de Extremoduro y Fito y Fitipaldis, el de mayor afluencia con entrada vivido en el municipio. No cabía nadie más en el frontón del polideportivo, adonde se trasladó desde la plaza de toros por el riesgo de lluvia. De ahí, los amigos volvieron a organizarse en el colectivo cultural Quatre Cats que, desde entonces, ha convertido la Muestra Nacional de Teatro Cómicos en un referente escénico del país. «Camarock fue la semilla a lo que después hemos hecho, como Quatre Cats y en otros ámbitos», sonríe Catalán.
¡Oferta especial!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Te puede interesar
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.