La gran familia de los suscriptores

Un encuentro agradable: preguntas, alguna crítica (y alguna alabanza), sugerencias y la sensación de estar en familia. O casi. Diario LA RIOJA he celebrado este jueves la primera cita de una serie que quiere tener continuidad. Un encuentro (necesariamente telemático) entre los suscriptores on+ de su edición digital y los miembros de la redacción.

El primero de estos 'Encuentros on+' tenía que ser casi necesariamente con el director de esta casa, José Luis Prusén. La idea, como explicaba, es sencilla: romper la distancia entre quienes escriben y quienes leen, «aprovechar las posibilidades que nos da la tecnología para llegar a un contacto más cercano». Y recordar que ese contacto es una arista más de la «apuesta por el periodismo de calidad» con la que intenta manejarse esta casa

Ese contacto, para serlo de verdad, ha de ser sincero. Y eso incluye críticas, aunque a veces sean en sentido contrario: así, Juan se quejaba del excesivo sesgo hacia la derecha de algunos colaboradores, mientras Carmelo veía el signo contrario. Lo cual es, como veía Prusén, una buena señal. «Intentamos dar siempre cabida a una pluralidad de voces». Dar elementos de juicio, «y que luego cada uno se forme el juicio que quiera».  Al fin y al cabo, esa es la mejor misión posible para un medio de comunicación.

Esa, y formar parte de una «dieta informativa» saludable. Amelia preguntaba cómo veía Prusén la salud de la democracia española, y el director de Diario La RIOJA respondía con preocupación. Porque, explicaba, un número excesivo de ciudadanos está dispuesto a tragar con información de nula calidad o incluso con burdas manipulaciones, y eso lleva a decisiones políticas igual de mal informadas. «Es un problema serio», reconocía Prusén.

De lo grande a lo pequeño, había quien pedía más atención del diario a los temas ambientales, como Víctor, y Prusén «recogía el guante». Y había quien solicitaba algo más de combatividad contra algunos fumadores maleducados en tiempos de pandemia. Una conversación, ahí, de exfumador a exfumador.

Fernando preguntaba si el periódico no debería coger más banderas ciudadanas, y el director recordaba las ya levantadas en muchos años. Y así, entre unos y otros, se fueron los minutos de un encuentro que dejó una sensación agradable. La de que los que están al otro lado sienten este humilde medio como una pequeña parte de la familia. Y qué más se puede pedir.

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