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El mercado del arte, muy vivo a pesar de pandemias y crisis financieras, acaba de establecer un nuevo récord en subasta para una obra de Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828). Unos 15 millones de euros (16,4 de dólares) pagó un coleccionista anónimo ... por 'Retrato de doña María Vicenta Barruso Valdés, sentada en un sofá con un perrito faldero' y 'Retrato de su madre Doña Leonora Antonia Valdés de Barruso, sentada en una silla sosteniendo un abanico', rematados en la madrugada del jueves en sala Christie's de Nueva York.
Pintados en 1805, de 105 por 84 centímetros, el insólito dúo era el único retrato doble femenino pintado por el genio de Fuendetodos y uno de los pocos retratos dobles del aragonés que quedaban en manos privadas, según precisa Christie's en su web. Fueron adquiridos en 1951, la última vez que se pusieron a la venta, de modo que llevaban más de setenta años sin salir al mercado.
Con un precio estimado de entre 15 y 20 millones de dólares, la pareja femenina era una de las piezas estelares de la subasta 'Old Masters', aunque se quedó en la parte baja de su estimación, como la mayoría de las 36 obras vendidas de un total de 49 lotes, entre los que había obras de Turner, Brueghel, Canaletto, Rubens o Murillo.
El anterior récord para un 'goya' en subasta databa de 1992, cuando el Getty Museum adquirió 'Suerte de varas' por 7,7 millones de dólares en Sotheby's de Londres. Un precio que, aplicada la inflación, superaría los 15 millones. En 2008 Christie's subastó también en Londres tres fabulosos bocetos de los cuadernos privados del pintor que estuvieron perdidos durante 130 años. El precio sumado de los tres originales rozó los 8 millones, y el más caro se vendió por 4,5 millones.
Recuerda la firma de subastas que los óleos se vieron en 2008 en el Museo del Prado, en la exposición 'Goya y la guerra'. Destaca su «excepcional» estado de conservación, «lo que ofrece una oportunidad soberbia para estudiar la técnica de Goya».
Goya los pintó en un momento crucial de su carrera, con casi 60 años y al inicio de un periodo de plena libertad artística al que se entregó al alejarse de la corte. Fue uno de los primeros retratos que realizó cuando la emergente burguesía empezó a disputarse sus servicios, en una época de cambio radical para el país y para el artista, que alumbró entonces algunas de sus obras más célebres.
Encargados en 1805 por Salvador Anselmo Barruso de Ybaretta, marido de doña Leonora y padre de María Vicenta Barruso Valdés, las telas fueron heredadas por su nieto, Salvador Valdés y Barruso. Permanecieron en la familia Barruso hasta que Stanislas O'Rossen (1864-1933), llamado Pierre Orossen, un modisto francés y ávido coleccionista de Goya, los adquirió, probablemente en Madrid, hacia 1905. Pasaron por marchantes de París y Londres hasta que fueron adquiridas en 1951 por la familia propietaria que acaba de subastarlas.
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