Hermoso de Mendoza y Javier Gomá, durante un momento de su charla. JUSTO RODRÍGUEZ

Gomá aboga por la «ejemplaridad» como moldeador social

El filósofo, en una charla con el alcalde de Logroño, defiende «la importancia moral de las costumbres» para generar una verdadera convivencia

Víctor Soto

Logroño

Sábado, 10 de septiembre 2022, 02:00

A los 57 años y con una larga trayectoria a sus espaldas como filósofo, ensayista, letrado del Consejo de Estado y gestor cultural (actualmente dirige la Fundación Juan March), Javier Gomá siente que «está a tiempo de mejorar el lienzo que se va a descolgar ... cuando muera». No le dice en el sentido «heroico», sino «tal vez en el contrario, en conseguir ser un ejemplo de vida digna y bella».

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«Ejemplaridad» fue una de las palabras que empleó ayer en abundancia y con poso durante su charla junto al alcalde de Logroño, Pablo Hermoso de Mendoza, en la Biblioteca Rafael Azcona.

Pero no lo hizo en el sentido ampuloso, sino como muestra de lo que él llama «las costumbres, que no son un hábito, sino lo que se hace pensando en lo que se tiene que hacer, en lo que si no se hace, te envilece». Así, el individuo está por encima de leyes, coerciones, miedo a castigos o recompensas. «Las cosas se hacen por convicción, porque se ha hecho siempre o por lo que se espera que haga: eso es la costumbre. Y sobre eso reposa la sociedad cívica», incidió.

Una buena praxis que nace desde abajo, ejerciendo en el día a día «un poder carismático que produce la ilusión de dignidad y belleza en las altas esferas», y que sirve para que, unidos esos buenos ejemplos, hagan costumbre y sirvan para ser imitados.

A esa idea se sumó Hermoso de Mendoza, a la de ser buena persona y alejarse del cinismo y la negatividad, unas características que, según Gomá, definen una sociedad actual que ha dejado atrás la jerarquización pero que se encuentra en un proceso de vulgarización que hay que modelar mediante «la lucidez y el civismo». «Hay que ser lúcido para desenmascarar ese pensamiento cínico», explicó un autor que «aspira a todo en la vida».

El riesgo de aplicar una «ingenuidad aprendida» en la vida, de tirar para adelante con optimismo es que «te tomen por tonto», pero el premio es mucho mayor. «Cuando has perdido a un padre, has sufrido traiciones, cuando ves que la maldad existe, hay dos opciones, pero yo creo en mirar hacia adelante con optimismo, rodearse de la gente que te importa, tener un proyecto y un buen equipo», terció Hermoso cuando en un momento pasó de ser entrevistador a entrevistado.

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Esa ingenuidad, ese alejarse de la academia que le moldeó, es lo que ha permitido a Gomá escribir con «osada independencia» y desarrollarse en la filosofía, que para el autor de 'Tetralogía de la ejemplaridad', es «literatura». Y vida. Porque más allá de conceptos o propuestas, el diálogo sirvió para que el autor desgranase sus vivencias, su relación con Logroño (donde su padre ejerció como notario durante una década alejándose de Madrid) y a la que calificó como un lugar de «belleza sorprendida». «Es una ciudad –reflexionó– que no está pensada para el consumo masivo, sino que tiene esa belleza genuina de lo que es en el cumplimiento de su misión».

Y también dejó sobre la mesas sus ideas sobre educación, paternidad, literatura o convivencia en un mundo que «debe pasar de ser solo libre a ser elegante, sabiendo que los límites no solo no empobrecen, sino que expanden».

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