Todas las formas de la poesía de Eva Hibernia

La vida de una escritora tiene que pasar por muchas cosas si quiere sobrevivir». La riojana Eva Hibernia, dramaturga y directora escénica, poeta, narradora y ensayista, es un buen ejemplo de su propia afirmación. Este viernes volvió a su Logroño natal procedente de Barcelona, donde reside desde hace veinticinco años, para presentar un poemario doble en la Casa de la Danza. Pero vino también con otros proyectos profesionales en su haber, producto de combinar creatividad y esa exigencia de tener que ganarse el pan a base de letras. Un buen ejemplo también en el Día de las Escritoras, que se celebra este lunes.

Tras su debut poético con 'He yacido días animales' (2015), lo nuevo de Eva Hibernia, editado por el sello independiente Invasoras, reúne dos poemarios que se han gestado paralelamente durante largo tiempo pero que tienen distintos orígenes y procesos diferentes. Por un lado, 'Puse mi cabeza al norte de los bosques', explica la autora, «fue una revelación»: «Fue como un rayo que me cayó encima, pero he necesitado quince años para incubar ese verso y dejar que esa semilla sacase las visiones y las alucinaciones que ha convocado». Por otro, 'Calendario de mis huesos' «ha sido más un destilado a lo largo de estos mismos quince años en el territorio de la superficie, del roce con la vida, de ordenar e hilar los sucesos y el poso que va dejando el tiempo».

En su poesía «el trabajo con el lenguaje tiene que ver con el trabajo con el alma», así lo explica ella: «Uno de los horizontes que busco siempre a través de la palabra poética es la transmutación, la transformación como un proceso alquímico que se hace con lo bruto de la vida, con lo sucio, con lo que no se entiende o aquello a lo que no se puede poner nombre... Cómo se le encuentra la voz a eso y cómo se le da horizonte de salvación. La poesía es uno de los lenguajes donde más clara está la huella que va dejando la vida y cómo contestamos a la vida».

Hibernia también ha buscado sacar la poesía del formato libro y ponerla en contacto con otros sucesos artísticos, como la escena, la performance o la instalación urbana. Pero su mayor producción es dramatúrgica. Ha escrito más de treinta piezas teatrales, dos de las cuales han sido representadas en el Bretón logroñés: 'La América de Edward Hopper' (en 2009) y, más recientemente, 'Carolina o la doma de un leopardo' (2020), su obra más internacional, traducida al inglés, alemán y portugués.

Está inspirada en Carolina María de Jesús, una mujer que vivía en la favela Canindé de São Paulo, que mantenía a sus tres hijos recogiendo cartones y chatarra de la basura y que en cuestión de semanas se convirtió en efímero fenómeno editorial con un sorprendente diario poético. «Carolina es un referente de dignidad, libertad y poder para todas las culturas. Una mujer del siglo XX que habla para el XXI».

Como directora, Hibernia también ha estado al frente de montajes tanto de textos propios como de diversos autores, como 'Trece Rosas', de Júlia Bel. Y este mismo año ha debutado en el género lírico contemporáneo con el libreto de la ópera 'México Aura', coescrito junto a John von Düffel. Se trata de un encargo de la Neuköllner Oper Berlin en colaboración con el Humboldt Forum para inaugurar el mayor espacio museístico de culturas no europeas de la capital alemana. Fue estrenada el pasado julio con dramaturgia musical de Albert Tola, composición de Diana Syrse y dirección artística de Christopher Roman.

«Ha sido uno de los hitos más importantes de mi carrera reciente y un gran desafío –señala la autora–. Me interesa mucho escribir para música contemporánea porque supone una reunión del trabajo como dramaturga y lo más radicalmente poético».

En todo caso, libros, teatro, ópera, todo en Eva Hibernia parece obedecer a una misma vocación: «Es bonito compartir la poesía porque es un acto de resistencia, un acto de fe y quizás una de las maneras más hermosas de brindarnos luz los unos a los otros. Esa es mi esperanza, que mi recorrido pueda alumbrar a otras personas».

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