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El equipo 'Garras' en plena faena, el viernes en el yacimiento 'Virgen del Villar-2'. Sanda Sainz
Un filón de restos óseos fósiles de dinosaurio
Igea

Un filón de restos óseos fósiles de dinosaurio

Hoy finaliza la campaña de excavación del equipo 'Garras' para recuperar más material del espinosáurido de nuevo género y especie

Domingo, 9 de julio 2023, 02:00

Hoy finaliza en Igea la campaña 2023 de la excavación del equipo 'Garras' en el yacimiento paleontológico 'Virgen del Villar-2' con la satisfacción de haber realizado un buen trabajo. Los investigadores han recuperado material óseo fosilizado de diferentes partes de un espinosáurido, que se añaden a los hallazgos de 2022.

«Aquí las previsiones no sirven. Es el día a día y lo que esta particular cápsula del tiempo que abrimos en 2022 quiera reservarnos», comenta el director honorífico del Centro de Interpretación Paleontológica de La Rioja en Igea, Pachi Sáez-Benito.

Asegura con satisfacción que en cada jornada se han recogido restos óseos como «partes del dentario, falanges de la mano que completan las piezas que ya teníamos del brazo del animal. Esto es una buena noticia porque nos ayudará mucho con las investigaciones que hagamos posteriormente. También hemos descubierto más falanges podales y tenemos ambos fémures y las tibias (una de ellas obtenida esta semana) y una fíbula que equivale a nuestro peroné».

El espinosáurido descubierto en Igea podría medir entre 7 y 8 metros de longitud y unos 3 metros de altura.

En 2022 se contabilizaron 160 registros en el yacimiento igeano y en 2023 cuentan con menos, pero no son parciales

A esto se añaden otros materiales indeterminados que habrá que analizar, costillas de la zona cervical y dorsal anterior, elementos asociados como dientes de tiburones que habitaban en la zona y una parte de un caparazón de tortuga de la que por ahora se desconoce si será la descrita en Igea como 'Camerochelys Vilanovai'.

Los científicos que componen el grupo de trabajo no tienen evidencias de que exista más de un individuo en el lugar de la excavación. Todo el material corresponde a un solo ejemplar que mediría entre 7 y 8 metros de longitud y unos 3 de altura. El peso se podrá calcular con el diámetro del fémur cuando esté totalmente restaurado.

En 2022 la superficie de trabajo abarcaba unos diez metros cuadrados. En esta nueva intervención, que comenzó el 1 de julio y finaliza hoy, se amplió a unos 40 metros cuadrados. Se trata del espacio preparado, otra cosa es que dé tiempo a revisarlo todo.

Uno de los bloques con varios restos óseos fosilizados. Alberto Labrador

Por ese motivo, hasta que no termine la excavación esta tarde no sabrán si quedará cerrada definitivamente o requerirá otra campaña en 2024 en el supuesto de que continúe apareciendo material.

En el caso de los huesos no muy grandes, algunos se han limpiado, reconocido y están recuperados. Otros de mayor tamaño han aparecido envueltos en una matriz de roca caliza, por lo que necesitarán más tiempo de trabajo en el laboratorio del Centro de Interpretación Paleontológica de La Rioja.

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El año pasado obtuvieron 160 registros en este yacimiento igeano aunque alguno corresponde a bloques que contienen varias piezas porque se ven las secciones. Esta vez, por el momento, cuentan con menos , pero los restos son más pequeños y no parciales como en 2022.

«La parte del dinosaurio más superficial estaba afectada por la erosión, presentaba más fracturas, por eso hay registros de partes de huesos. Ahora los hemos encontrado enteros ya que al estar a mayor profundidad el agua no los ha dañado y muestran unas mejores condiciones de conservación», añade Sáez-Benito.

Retirada de tierra y rocas

Para preparar el yacimiento, el constructor y experto en este tipo de acciones paleontológicas, Kiko Rezola, retiró con la excavadora unos 120 metros cúbicos de tierra y rocas al iniciar los trabajos, el 1 de julio. A partir de entonces, a mano, con puro esfuerzo han recogido otros 20 metros cúbicos aproximadamente, tirando de pico, pala, azada y en la parte más delicada, con destornilladores y cinceles. Desde la ladera en superficie hasta donde está el nivel de la excavación, el lugar clave de trabajo, la diferencia es de 10 metros.

Mauricio Antón, un participante de prestigio internacional

Además de contar con expertos en diferentes ámbitos, investigadores, paleontólogos, restauradores, aficionados y colaboradores del pueblo, el equipo 'Garras' sigue trayendo a gente externa con reconocido prestigio tanto a nivel nacional como internacional. Es el caso de Mauricio Antón (Bilbao, 1961).

Este paleoartista ha formado parte del grupo de excavación durante dos días, el jueves y el viernes. «Los que vienen se quedan muy sorprendidos de la calidad y cantidad de material que atesoramos aquí en Igea», asegura Pachi Sáez-Benito, uno de los responsables del proyecto.

Mauricio Antón ha trabajado como ilustrador paleontológico en exposiciones de museos de todo el mundo, combinando esta faceta con la de investigación en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid. Ha colaborado con la BBC y National Geographic y cuenta en su haber con varios libros divulgativos.

En su página web explica que «el objetivo del paleoarte es recrear la vida del pasado mediante imágenes. Esto requiere una combinación de ciencia y arte para transmitir la información paleontológica disponible de un modo inmediatamente accesible para legos y especialistas. Es lo que llevo haciendo desde hace más de dos décadas».

Además de estar en plena faena sobre el terreno, ha podido conocer el centro de interpretación igeano.

Mauricio ofrecía una charla en mayo en Bilbao y uno de los miembros de 'Garras' le contó las maravillas del yacimiento de Igea y del espinosáurido. Le invitó a la excavación y le tomó la palabra.

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