El metaverso, la gran revolución pendiente de internet, va a suponer un cambio que se antoja impredecible, no solo en el orden tecnológico, sino también en el económico y político. Fernando Broncano, profesor de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad Carlos III ... de Madrid, es uno de los autores del estudio 'El metaverso y el alma: viaje al próximo desafío del turismo', un trabajo realizado por Segittur y Turium y que fue presentado ayer en la sede de Vocento. Para Broncano, es preocupante que las grandes potencias abdiquen de su soberanía tecnológica y negocien con las grandes corporaciones asumiendo la posición de siervos.
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-¿Qué le suscita el metaverso, esperanza o miedo?
-Tengo sensaciones mezcladas, pero no soy un 'desastrólogo'. Siempre que se vislumbran expectativas tecnológicas, aparecen tanto el miedo y la ansiedad como las posibilidades de desarrollo.
-Con el metaverso, ¿serán indistinguibles realidad y ficción?
-Alguna gente ya puede caer en ese problema. Hay personas que se aíslan y se quedan enganchadas a las plataformas y las pantallas. Este problema va a aumentar y habrá que tomar precauciones. Con todo, ni ahora ni en las próximas décadas disponemos de la tecnología para que confundamos ambos ámbitos.
-¿Qué sectores se pueden ver más favorecidos?
-El turismo, que cada vez se basa menos en el modelo de sol y playa, se orienta de manera creciente al disfrute de experiencias. Si antes apelábamos a la imaginación para visualizar unas ruinas, pronto, a través de la realidad aumentada, podremos ver cómo era Nápoles u observar Pompeya reconstruida, lo cual va a crear estructuras innovadoras. Las áreas de museos virtuales también experimentarán un empuje. No solo se podrá ver el museo en casa a través de una pantalla, sino que en los propios centros museísticos habrá dispositivos de realidad virtual.
-¿Habrá un fortalecimiento del poder de las grandes plataformas monopolistas?
-Esa es la pregunta principal. Todo depende de cómo se desarrolle la web 3.0. Si tuviera que apostar diría que en los próximos diez años va existir una prolongación de lo que ya tenemos, no veo que vayamos a un entorno descentralizado. También es cierto que el metaverso está muy basado en tecnologías tipo blockchain, que permiten encriptaciones muy fuertes, lo que posibilita la independencia con respecto a los suministradores generales.
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-¿Ha llegado el momento de que la sociedad controle el corazón de la tecnología?
-El Estado, que es el que nos protege y nos hace ciudadanos, está perdiendo su soberanía tecnológica, cuando esta cuestión debería ser un eje estratégico. Google sabe más de cada uno de nosotros que el propio Estado. Ni siquiera China ni EE UU pueden negociar en pie de igualdad con las tecnológicas. Más bien los estados parecen siervos de los grandes señores de las compañías. Los estados se tienen que poner las pilas para desarrollar sus propias tecnologías.
-Las redes sociales han propiciado formas populistas de hacer política. ¿Qué cree que ocurrirá en un futuro?
-Tanto los medios de comunicación como las redes centran la atención en la gente más extrema, de modo que aparece con más luz el que más grita. YouTube y TikTok se están yendo hacia entornos de realidad virtual, con lo que sus usuarios se quedan enganchados de ficciones. En este sentido, no hay tanta polarización política, que persiste con las redes actuales. Lo que ocurre con el metaverso está por ver.
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-¿El esfuerzo por captar nuestra atención a toda costa descompondrá la ya débil cohesión social?
-Es una cuestión que me genera bastante miedo. La gente, en vez de desplazarse a Zara a comprar, se meterá en el metaverso con su avatar y dispondrá de un expositor mucho más grande que el de la tienda de la esquina. Las personas se van aislar aún mucho más, se va a acelerar el ensimismamiento y acentuar la permanencia en casa, cuando lo que se necesita es crear centros presenciales.
-¿Y cómo puede afectar este escenario a la banca?
-Los bancos son los que se están planteando mucho los problemas que le llegan. Si se descentraliza el sistema las entidades financieras se tendrán reorganizar. De hecho las grandes plataformas ya se están planteando crear una banca alternativa. El futuro de la banca tradicional va estar subordinada a las tecnologías que se creen. Durante unos años el metaverso va a ser el reino de los desarrolladores.
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-¿La omnipresencia de lo digital perjudica la salud mental de los usuarios?
-Si antes el valor económico procedía de las horas trabajadas, ahora se extrae del tiempo de ocio y de atención. Esta es un bien escaso: nuestro cerebro no puede hacer varias cosas a la vez, es capaz de adaptarse, pero se desgasta y sufre. Por eso no es raro que todas estas tecnologías vayan destinadas a prolongar el tiempo de atención. En este sentido, preveo un aumento de la ansiedad y la excitación.
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