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Rafael Sánchez Ferlosio, fallecido en abril pasado, en su casa de Madrid en 2107 Alberto Ferreras
«Ferlosio no tenía nada de ogro», dice Demetria Chamorro

«Ferlosio no tenía nada de ogro», dice Demetria Chamorro

La viuda del escritor negocia con la Biblioteca Nacional la venta del extenso archivo del autor de 'Alfanhuí' y 'El Jarama'/ «Hay miles de páginas publicables», dice al presentar una recopilación de entrevistas con el escritor y premio Cervantes, fallecido en abril pasado

Domingo, 24 de noviembre 2019, 00:31

«De ogro no tenía nada. Era tímido. Acaso un ogro dulce». Lo dice risueña Demetria Chamorro, viuda de Rafael Sánchez Ferlosio (Roma, 1927–Madrid, 2019) desmintiendo la fama de hosco 'comeperiodistas' del autor de 'El Jarama' o 'Alfanhuí'. Chamorro negocia estos días con la Biblioteca Nacional (BNE) la venta del vasto archivo del escritor, fallecido el pasado uno de abril. «Hay miles de páginas publicables y también muchos cuadernos, más o menos ordenados, pero no sistematizados ni analizados», dice Chamorro que espera cerrar «en breve» la venta del los papeles y presenta un libro de entrevistas.

«La Biblioteca Nacional me expresó su interés, hablamos dos veces sin concretar nada: tenemos pendiente otra reunión y todo indica que llegaremos a un acuerdo», dice Chamorro, cuyo primer encuentro con Ferlosio no auguraba que fueran a convertirse en pareja durante más de medio siglo.

«¿Eres el autor de ese peñazo para progres que es 'El Jarama'?» le espetó con solo 18 años una joven Demetria a quien el escritor doblaba la edad, en su primera conversación en 1963. «Sí, y eso mismo pienso yo», dijo Ferlosio confirmando al tiempo su autoría y el carácter plúmbeo del texto, para pasmo de Chamorro.

«Entonces era una obligación moral leer 'El Jarama'. No eras nadie si no lo habías leído. Me tocaba las narices y le dije que no pensaba hacerlo», cuenta divertida Chamorro que la leyó hace tres años. «Me gustó mucho. Rafael me tenía engañada; no es una pesadez, los personajes no parecen de cartón y fluye», concede ahora sobre una novela crucial para la literatura española del siglo XX que Ferlosio decía detestar. La escribió en 1954, ganó el Premio Nadal en 1955, el de la Crítica en 1957 y consagró al futuro ganador del Cervantes (2004) y Nacional de las Letras Españolas (2009).

«Las páginas del legado de Ferlosio publicables se cuentan por miles y los cuadernos, cuadernillos y libretas, todos escritos con una letra perfecta, ni se sabe cuántos hay», insistía Chamorro sobre el legado de su marido al presentar 'Diálogos con Ferlosio' (Triacastela) junto a algunos de los amigos más cercanos del escritor. Es una recopilación de las 44 entrevistas datadas entre 1956 y 2017 que fue capaz de localizar el editor José Lázaro.

Ferlosio designó como heredera y albacea de sus textos a su segunda esposa. Le dijo «expresamente» que podría hacer con ellos «lo que quisiera». Le daba carta blanca a ella, a su hija Lucía y a la nieta de ambos, Laura. Lo hacía «aunque de forma póstuma me produzca una enorme vergüenza», según dijo el escritor a su esposa, otorgado así al permiso un matiz 'ferlosiano'. «Le dejé bien claro a Rafael que si me dejaba a mí la responsabilidad, la ejercería; que conmigo no se juega y que publicaría lo que me diera la gana», dice Chamorro entre risas. Matiza enseguida que no está dispuesta «a publicarlo todo». «Puede haber cosas que se quedaran anticuadas o sean contradictorias con el Rafael que conocí. En cualquier caso, nunca tomaría una decisión así únicamente por mí misma», admitió.

Inabarcable

Tras la muerte del escritor, Chamorro se remangó para organizar los papeles, una tarea que pronto se reveló «casi inabarcable». «Es mucho lo que queda por publicar. Antes hay que ordenarlo y yo no sé muy bien cómo meter mano a todo esto», confiesa Chamorro, que confía en que su acuerdo con la BNE «sea la un solución ideal».

«Ferlosio mostró primero una clara resistencia y después un desinterés manifiesto cuando le propuse publicar sus entrevistas, dice José Lázaro. El libro recopila en sus casi 500 páginas las conversaciones del escritor y ensayista con interlocutores como Fernando Sánchez Dragó o Julio Llamazares, en ambos casos transcripciones de su charla en sus programas en televisión. Hay también una entrevista inédita con el escritor y hoy académico Félix de Azúa realizada en 1997.

«Siempre defendí que Rafael hablaba muy bien, aunque él creyese que lo hacía muy mal. Las cosas que decían estaban muy elaboradas y me parecía una pena que lo que dijera se quedase así, sin publicarse», dice su viuda. Confiesa con todo, como en algunas ocasiones le decía irónica: 'Rafael, a mí no me vengas con literaturas'.

El propio Ferlosio declaraba en 1957 «no servir para las entrevistas». «No puedo contestar rápido y soy fundamentalmente enemigo de la espontaneidad», afirmaba contradiciendo al «Ferlosio espontáneo y de oralidad brillante» que según Lázaro se perfila en sus conversaciones con profesionales del periodismo y la literatura como César Coca, Raúl de Pozo, Manuel Rivas, José Andrés Rojo, Antonio Lucas, Inés Martín Rodrigo o Ignacio Echeverría.

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