La felicidad vuelve a Vivanco

Este miércoles, la Bodega y el Museo Vivanco de la Cultura del Vino retomaron su actividad enoturística envueltos en la majestuosidad de sus 9.000 metros cuadrados de instalaciones, tanto interiores como exteriores, y bajo el amparo de uno de los pueblos más bonitos de España como es Briones.

Sin perder la esencia que ofrece al visitante, junto a un apasionante recorrido por el mundo del vino, Vivanco ha instaurado todas las medidas anti COVID-19 para garantizar que los trabajadores y turistas que acudan puedan disfrutar de su trabajo, y de las actividades vinculadas a la cultura del vino con todas las protecciones. En este sentido, las normas de seguridad validadas por Sanidad, y necesarias para obtener el Sello de Calidad que otorga el organismo competente ICTE (Instituto para la Calidad Turística Española), que está tramitando actualmente Vivanco, se hacen patentes desde el momento que el visitante cruza la puerta de acceso y es recibido en la recepción para comenzar a disfrutar de las múltiples experiencias que ofrece la bodega.

Una de las personas que mejor conoce los entresijos y novedades que presentan los dominios de Vivanco es el director del Museo y Enoturismo, Eduardo Díez, quien reconoce que «el día a día va a ser muy diferente a lo que estábamos acostumbrados».

También se refiere a la «incertidumbre» del momento. «No sabemos cómo va a evolucionar el turismo en los próximos meses. Seguramente el mes de julio va a ser un poco complicado, pero sí que tenemos confianza en el de agosto, que aunque no va a ser como otros años esperamos que sea bueno».

Echando la vista atrás, Eduardo Díez reconoce que «han sido meses muy duros, pero afortunadamente ahora estamos muy animados y con ganas de comenzar con la actividad».

Respecto a la reapertura y lo que se va a encontrar el visitante, comenta que «tenemos muy claro que para nosotros la seguridad es lo primero, y este es el motivo por el que no hemos querido precipitarnos al abrir. Podíamos haberlo hecho en la fase 1, pero hasta que no estuvieran claros los protocolos de seguridad considerábamos absurdo abrir».

Otro de las aspectos que cuidan en Vivanco es asociar el turismo con el divertimento. En este sentido, Díez explica que «cuando salimos de viaje en nuestras vacaciones lo hacemos para divertirnos, y aunque las medidas de seguridad tienen que estar muy presentes, y el visitante las tiene que sentir, hay que intentar no avasallarle para que pueda centrarse exclusivamente en disfrutar con todas nuestras ofertas».

Mamparas de separación, geles hidroalcohólicos para desinfectar las manos o alfombras para desinfectar el calzado forman ya parte del mobiliario que se encuentra en la recepción del complejo.

También las señalizaciones y flechas sobre el suelo, que inundan todas las instalaciones y que acompañarán a las personas que decidan acudir a la bodega y al museo de Vivanco. Las reservas van a ser on line para evitar el contacto y el intercambio de dinero o tarjetas, y también se ha eliminado el papel, que ha sido sustituido por códigos QR para que todo el mundo pueda descargarse la información desde sus dispositivos móviles.

En cuanto a las visitas, y a pesar de que la normativa les permite cubrir un 75% del aforo, Eduardo Díez señala que «para que la gente se sienta más cómoda, hemos decidido dejarlo en un 50%, y también será obligatorio el uso de la mascarilla».