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El 'EN' que da título a la actual exposición de Demetrio Navaridas en Estudio 22 responde a un prefijo que el artista antepone a multitud de palabras (encadenados, encorsetados, endiñados, enfangados, ensartados, entubados, enturbiados, entronizados, envenenados...) y cuyo significado –'dentro de'– refiere al tiempo presente.
Estamos 'dentro de' un momento «crudo», al menos así lo entiende Navaridas, quien reconoce haber pasado el último año bastante tocado por las situaciones que vivimos, sobre todo de carácter bélico. «Me parece angustioso e inexplicable que, con el conocimiento que tenemos, sea en este momento cuanto más duro nos estemos dando», lamenta.
La exposición Con el título 'En', Demetrio Navaridas reúne en esta muestra una veintena pinturas en papel vegetal, con las que invita a la reflexión sobre el mundo y el momento que vivimos.
La cita En Estudio 22 (c/Múgica, 22) hasta finales de marzo. De lunes a viernes, de 18 a 20 horas.
Tanto este 'Enfrentamiento', como nuestro permanente 'Enredo' en Internet, el 'Enraizamiento' a cuestiones que nos asfixian y el 'Encriptamiento' casi sepulcral que se postula como solución son los cuatro conceptos en los que Navaridas sustenta su trabajo. «Me planteé hacer una serie de imágenes que hablaran de estos cuatro términos, a modo casi de talismanes para la reflexión y para disfrutar de la sensación de que podemos hacer algo».
Estos talismanes se materializan en una veintena de pinturas expuestas hasta finales de marzo en la galería Estudio 22. Veinte intervenciones sobre papel vegetal con tintas, ácidos, siliconas, látex... que maneja en un juego de positivos/negativos como si de un fotógrafo o grabador se tratara; que impregna, empapa y seca a modo de domador de papeles.
Allí están los bombardeos nocturnos en Bagdad, Ucrania o en Palestina, pero también las pinturas rupestres de Altamira que tanto le han impactado o todo lo que mamó de chico en el molino de los abuelos en Matute. Nos comenta que, «por muy crudo que sea el tema, para mí tiene que imperar la imagen como algo bello y de lo que puedas disfrutar permanentemente aunque te lleve a pensamientos profundos».
Con ser largo en el tiempo, el viaje artístico de Demetrio Navaridas es coherente con unos principios inmutables, multidisciplinar y siempre en diálogo con su entorno natural. «Yo necesito pasármelo muy bien pintando, y eso significa experimentar situaciones y visiones por primera vez; llevar la química, la física, el pensamiento, el orden, el tiempo... a un punto que hasta entonces no había sido capaz. Y naturalmente, si pinto es para mejorarme a mí como persona», concluye.
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Julio Arrieta, Gonzalo de las Heras (gráficos) e Isabel Toledo (gráficos)
Jon Garay e Isabel Toledo
Daniel de Lucas y Josemi Benítez (Gráficos)
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