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Salvador Arroyo
Bruselas
Martes, 26 de marzo 2019
Después de meses de un debate viciado por las presiones externas, numerosos retoques y atascos en el procedimiento, el Parlamento Europeo ha aprobado finalmente este martes la directiva del 'copyright', destinada a proteger a los creadores frente a colosos de internet como Google o Facebook ... . El nuevo marco legal que regirá en la Unión Europea y que deberá ser transpuesto a las legislaciones nacionales en los próximos dos años, ha salido adelante con 348 votos a favor, 274 votos en contra y 36 abstenciones después de un debate que se ha prolongado durante casi dos horas en el que se han vuelto a confrontar las tesis que han marcado los casi tres años que han durado las negociaciones.
Sus detractores han vuelto a cuestionar el impacto que tendrá esta directiva en la difusión de las obras a través de la red de redes y, en consecuencia, «en la libertad de expresión», mientras que quienes han abogado porque este es el paso correcto han incidido en que supondrá «por primera vez» establecer una relación equilibrada entre los creadores de contenido (periodistas, cineastas, productores, escritores o músicos) y las plataformas de difusión, que tendrán que remunerarles cuando sus obras transiten por el ciberespacio.
El debate y la votación llegaba después de que durante el pasado fin de semana creciera la presión sobre la Eurocámara con más de 200.000 personas manifestándose en contra en distintas capitales europeas y más de cinco millones de firmas 'on-line' contrarias a un viraje legal que, en realidad, supone adaptar un marco sobre derechos de autor que data de 2001 y que se había quedado ya prehistórico con la explosión de los medios digitales y redes sociales.
Movimientos de presión que han planeado en el debate de esta mañana y que, han advertidos los detractores, repercutirán en las elecciones europeas que se celebrarán dentro de dos meses. «Una generación de jóvenes a la que el Parlamento Europeo no hace caso, no acudirá a votar», ha subrayado Julia Reda, de Los Verdes.
La polémica se concentra en dos artículos, el 11 y 13 (reubicados con otra numeración en el texto definitivo). El primero posibilita a los editores de los medios de comunicación a requerir compensaciones «justas y proporcionadas» a las plataformas y agregadores de noticias. Excluye servicios de difusión públicos como Wikipedia. El 13 es el más incisivo contra Facebook y su servicio de Instagram, y Google, en este caso por ser el propietario de la plataforma de vídeo Youtube. Se les obliga a llegar a compromisos con los creadores y a detectar el contenido que infrinja los derechos de autor.
En este sentido, la directiva no hace mención expresa a los llamados 'filtros de contenido', destinados a controlar la entrada del que no tiene 'copyright'. Deja en manos de las plataformas la responsabilidad de hacerlo lo que en la práctica obligará a poner en macha un sistema de rastreo mediante algoritmos que hagan saltar las alarmas. Su coste, multimillonario. Y su eficacia, por experiencias previas, tampoco está garantizada al cien por cien.
«El texto aporta justicia y equidad», ha defendido la popular Sabine Verheyen. El ponente de la directiva, Axel Voss, también del Partido Popular Europeo ha insistido en la necesidad de que Europa se dote de este marco de Internet para que «no se roben la propiedad» intelectual de los creadores. Reforzar la cadena de valor, se ha insistido, partiendo de algunos ejemplos como «que hoy sean necesarias 15 millones de reproducciones en YouTube para que un creador obtenga un salario digno», han recordado algunos eurodiputados.
El comisario responsable de Mercado Único Digital ha remarcado en el cierre del debate que la directiva no hace referencia a «ningún filtro» y que, en cualquier caso, «como las plataformas ya los utilizan», el nuevo marco dará a los creadores «el derecho a reclamar que se difunda su contenido cuando haya sido eliminado». Un giro de tuerca en el que no se incidió más allá de reforzar que «este texto es equilibrado y justo». Las nuevas reglas fortalecerán, según la Comisión Europea, las industrias creativas del club, que representan 11,65 millones de empleos, 6,8% del PIB y tienen un valor de 915.000 millones de euros por año. De paso, la UE defiende su soberanía frente a los gigantes tecnológicos norteamericanos.
El texto aprobado este martes por el Parlamento Europeo tendrá que ser aprobado formalmente por el Consejo de la Unión Europea en las próximas semanas. Una vez publicado en el Diario Oficial de la UE, los Estados miembros tendrán hasta dos años meses para incorporar las nuevas normas a su legislación nacional.
Desde Google, aunque se plantea que el texto ha mejorado con las últimas modificaciones, se insiste en que esta directiva de derechos de autor «todavía generará incertidumbre» no descartando que termine «perjudicandio las economías creativas y digitales de Europa», según informó Reuters. Por su parte, desde su plataforma de videos on line Youtube se insiste en que el principal problema continúa estando en el artículo 13 por las «consecuencias imprevistas que podría tener y el daño que pueda causar a la economía digital y creativa de Europa».
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