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SALVADOR ARROYO
BRUSELAS.
Martes, 11 de septiembre 2018, 00:39
Llegó el momento. La Eurocámara vive hoy en Estrasburgo el segundo asalto de esa batalla que la UE emprendió antes del verano para dar mayor cobertura a los creadores frente a colosos como Google o Facebook. Simplificando, quiere poner negro sobre blanco el derecho a que se les retribuya por sus obras cuando éstas se difunden a través de las plataformas. La llamada Directiva Comunitaria sobre Derechos de Autor en el Mercado Único Digital es, en realidad, la puesta al día de una normativa anclada en 2001, cuando los titanes del ciberespacio apenas acababan de desprenderse del pañal. Ahí es nada, casi dos décadas. Pero se ha convertido en objeto de contienda no solo con medio internet (el movimiento en redes #SaveYourInternet ha sido el más beligerante hablando de «intento de censura»), sino que ha abierto una profunda división en la sede parlamentaria. Si hoy existe allí un segundo asalto es porque el primero se perdió: 318 votos en contra frente a 278 a favor.
¿Qué pasará esta vez? La incertidumbre es igual o mayor. Es más, no se descarta incluso que la batería de enmiendas que se han presentado en los últimos meses en esta ciudad de 'lobbys' haga inviable (otra vez) una resolución definitiva. Ya se verá. De momento, y para impedir que vuelva a suceder lo mismo que en julio, cuando se tumbó la directiva original, se han movido fichas al más alto nivel. El Gobierno de Pedro Sánchez ha intentado hacer su propio grupo de presión en Bruselas para buscar el 'sí' unánime de los eurodiputados españoles en una votación que, tras el debate de esta tarde, no se produciría hasta las 12.00 horas de mañana.
Siguiendo una estrategia similar a Francia, el ministro de Cultura, José Guirao se desplazó la pasada semana a la capital belga para entrevistarse con Andrus Ansip, vicepresidente del mercado único digital y reunirse con los europarlamentarios buscando un 'voto de país' a la normativa; ese pleno de los 54 españoles en la Eurocámara que no se produjo en julio.
Entonces solo los de PSOE y PP dieron el 'sí quiero' frente a los representantes de Podemos, IU, Ciudadanos, ERC, PDeCAT y PNV, que pulsaron sobre el 'no' mientras no se resolvieran los flecos en el texto. «Proteger el derecho de los creadores a ser retribuidos por lo que hacen no coarta la libertad de expresión que tiene que darse en el ciberespacio», se indicaba ayer desde una de esas delegaciones. Falta ver cómo se concreta a la hora de votar.
Dos son los artículos de la directiva que han levantado la polvareda. El primero es el 11, que permitiría a los medios de comunicación reclamar compensaciones «justas y proporcionadas» a las plataformas que están haciendo negocio con la reproducción del trabajo de los periodistas -Google News, por ejemplo-. El segundo, aún más controvertido, es el 13, que obligaría a las digitales a poner la lupa sobre los contenidos de los usuarios y detectar si hay o no infracción de 'copyright', antes de compartirlos. De nuevo, el foco carga sobre Google y, más en concreto, sobre su servicio de vídeos Youtube.
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