Esférica triunfa con la música, el paisaje y la gastronomía

El arte, la música, la gastronomía y el buen vino se fusionaron ayer, ante la mirada asombrada de varios centenares de personas, en el festival Esférica Rioja Alavesa, que comenzaba el viernes su tercera edición en varias localizaciones distribuidas entre los municipios de Elciego, Laguardia y Labastida, con las maravillosas vistas de Bodegas Ysios como escenario principal del evento.

Sobre las 18.30 horas empezaron a llegar los primeros asistentes. Muchos venían de participar en alguna cata previa o de visitar los pueblos colindantes a la bodega, aunque no faltaban aquellos que recién acababan de terminar la sobremesa. No obstante, las vistas a Ysios, con las montañas de fondo y el largo camino de tierra hasta la puerta, no dejaban a nadie indiferente, ni tan siquiera a los más habituados a ella.

«El entorno es espectacular, incomparable», explica Izaskun Garrido, visiblemente emocionada. «Ya habíamos venido a las otras ediciones, pero el cartel que había en esta nos atraía demasiado», afirma haciendo referencia a su «cuadrilla», un grupo grande de amigos que, como ella, se muestran muy animados por la música.

No muy lejos se encuentran Katie Scrantom y Guillermo Barco. Vienen de Logroño a ver a sus «colegas», los miembros del grupo riojano Messura que acaban de terminar de tocar en el escenario. «Es la primera vez que venimos al festival y no nos esperábamos esta vista para nada. Con las montañas, el viñedo y el atardecer. Es una pasada», señalan con una sonrisa.

Raúl García Ezquerro, alcalde de Laguardia, define el Esférica como un festival «único», en el que «se mezclan diferentes artes como la música, la gastronomía y, por supuesto, el patrimonio de Rioja Alavesa». En este sentido, considera que «haber aunado todas esas partes ha sido la clave. Esa unión hace del festival algo único», manifiesta con orgullo y alegría.

A las 21.30 horas comienza el segundo concierto. Tal y como sucedió con el primero, la gente se arrima al escenario para disfrutar de la música en directo y en las primeras filas. Al fondo, decenas de personas aguardan para hacerse fotos ante el fotomatón, pedirse una bebida o comer algo en las mesitas.

«Ya conocía el festival pero nunca había venido. Me parece súper bonito, tanto el territorio como el ambiente, todo. Estamos disfrutando muchísimo», explica la gallega Vanesa López, antes de ponerse a bailar con sus amigos.

La instantánea es mágica. La gente salta y canta animada. En cuestión de segundos, todas las manos se elevan hacia arriba. De izquierda a derecha siguen el ritmo que marcan los artistas. Detrás de ellos, la puesta de sol más bonita.

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