
Carmen Posadas I Escritora
Carmen Posadas | Escritora
«En mis novelas nunca sé lo que va a pasar, voy tejiendo la historia a medida que avanzo»Secciones
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Carmen Posadas I Escritora
Carmen Posadas | Escritora
«En mis novelas nunca sé lo que va a pasar, voy tejiendo la historia a medida que avanzo»Fue a raíz de una conversación con el juez Marchena que Carmen Posadas supo que en el Titanic viajaban 10 españoles, de los cuales 7 ... sobrevivieron y, de los 3 que perdieron la vida, solo se recuperó un cuerpo. Las familias de los desaparecidos decidieron comprar uno de los muchos cadáveres que flotaban sin identificar tras el naufragio y enterrarlos como si fueran sus parientes. De esta libresca anécdota surgió su última novela, 'El misterioso caso del impostor del Titanic', con la que este jueves regresa al Aula de Cultura de LA RIOJA-Unir (a las 19.00 en el Centro Ibercaja Portales).
– ¿Por qué echó mano de Emilia Pardo Bazán y de su personaje de ficción el detective Ignacio Selva para resolver este caso?
– Yo había leído a Emilia en el colegio, la redescubrí en la pandemia y me deslumbró absolutamente. Empecé a leer sus libros uno tras otro y descubrí que era una devota de la novela negra, como yo. Entonces leí 'La gota de sangre', novela negra pionera en su género porque, para que te hagas una idea, Agatha Christie empieza a publicar diez años después de que aparezca esta obra de Pardo Bazán. Y como encajan las fechas y los tiempos, pues me pareció divertido ponerla a ella como detective.
– En este tipo de novelas, ¿le cuesta más plantear la historia o resolver el caso sin dejar cabos sueltos?
– La verdad es que me cuesta todo. Si le haces esta pregunta a otros escritores te dirán: 'Lo he pasado enorme', 'Me he divertido muchísimo'. Pero cuando yo acabo una novela estoy tan contenta de librarme de todos esos pesados que me han dado la lata durante un año, como ha sido en este caso, que estoy contentísima. Yo no soy de los que hacen esquemas y saben lo que va a pasar en cada capítulo, no tengo ni idea. Voy tejiendo la historia a medida que avanzo, algo que por un lado es muy divertido porque soy la primera lectora y la más sorprendida con lo que escribo, pero por otro lado es muy desasosegante porque a cada rato siento que estoy haciendo equilibrios sobre una alambre y en cualquier momento me voy a caer.
– ¿De verdad que comenzó el libro sin saber el desenlace final?
– No sabía si mi impostor iba a ser impostor o no; si habría asesinatos o no; no sabía absolutamente nada.
– Y en ese dejarse llevar, ¿qué le empuja más, los personajes, la historia,..?
– Los personajes cobran vida propia y eso es muy desasosegante porque en ocasiones piensas que se están desmadrando, o un personaje secundario se convierte en principal y viceversa, es una locura… Pero tengo observado que al final todo encaja porque la historia ya estaba en mi cabeza, aunque no lo sabía, y al ir tirando del hilo se va construyendo.
– ¿Por qué fascina tanto el Titanic?
– Es muy sorprendente, porque después ha habido otros naufragios igual de trágicos y con mayor número de víctimas pero el Titanic se ha quedado como un emblema de muchas cosas. Su naufragio se produce en un momento de gran cambio en la sociedad, e incluso propicia cambios. Se produjeron tantas diferencias sociales y murieron tantas personas de segunda y tercera clase porque los oficiales les impidieron subir a cubierta para coger los botes salvavidas que se cambiaron las legislaciones marítimas, se cambió la percepción que la gente tenía de la clase alta,… muchas cosas. Por otra parte, el Titanic es la representación perfecta de todas las pasiones humanas, tanto las más abyectas como las más generosas. Hubo personas que murieron por salvar a otras, incluso hubo un hombre que como sabía que iba a morir porque la prioridad eran las mujeres y los niños, y no estaba dispuesto a ocupar su lugar, se vistió de frac para morir como un caballero. Esas cosas, ahora impensables, retratan una época y una mentalidad. Al mismo tiempo había casos de hombres que se disfrazaban de mujer o robaban niños de tercera clase y se hacían pasar por sus padres para acceder a los botes salvavidas. Creo que esas son las razones por las que el Titanic sigue navegando en la imaginación de todos.
– ¿Ha hecho el ejercicio de visualizarse en esa situación?
– Sí y lo tengo clarísimo, yo me hubiera ahogado, porque en esas situaciones dramáticas el que sale adelante es el que está dispuesto a pasar por encima de todo el mundo, el que se salta las normas, y yo soy las de 'Perdone, no le importaría...'.
– ¿Cómo ha convivido con Emilia Pardo Bazán durante la escritura de la novela?
– Ha sido tan divertido y la admiro tantísimo… Aparte de ser una grandísima escritora, a la altura de Galdós, ella era todo un personaje, no se le ponía nada por delante. Es la antítesis de mí y, desde luego, en el Titanic no se hubiera ahogado porque era muy resuelta y conseguía todo lo que se proponía.
– No ha terminado la promoción de este libro y ya está pergeñando el próximo. ¿No hay respiro literario para Carmen Posadas?
– Para mí la literatura es como un mal amor. Como eso de que 'ni contigo ni sin ti tienen mis penas remedio; contigo porque me matas y sin ti porque me muero', A mí me pasa eso; cuando escribo lo paso fatal, pienso que no voy a poder acabar la novela, que va a ser un fracaso, pero si no escribo me siento mucho peor.
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