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ESTÍBALIZ ESPINOSA
Jueves, 15 de diciembre 2022, 21:30
Siendo adolescentes, un colega y yo llegamos a la conclusión de que teníamos que afeitarnos la cabeza, meternos en una habitación y no salir nunca más escuchando 'Autosuficiencia' en bucle; vivir totalmente apartados del mundo y solamente dentro de nuestra cabeza». En cierto modo, aquella conclusión de Enrique Marty, uno de nuestros artistas plásticos con más proyección internacional, se hace ahora realidad en la exposición que acaba de inaugurar en la Sala Amós Salvador de Logroño, producida por Cultural Rioja y encajada en el festival Actual .
Pero no es cualquier habitación, sino su propio estudio creativo y su cabeza a donde ahora nos invita a entrar Marty, y donde aquel himno de Parálisis Permanente que es 'Autosuficiencia' se presenta como el hilo musical que cose las paredes de este gabinete de los monstruos que encierra el universo del artista.
Su personal e inquietante imaginario plagado de figuras desnudas, grotescas y monstruosas; sus pinturas y dibujos rebosantes de referencias domésticas, culturales e históricas; sus perturbadoras instalaciones y escenografías, o los vídeos que ideó para presentar los temas 'Fundido' y 'Hiel' de la artista Ana Curra conviven hasta el 19 de febrero en la Amós Salvador, y lo hacen en un abigarrado caos únicamente concertado por el tronante rayo de Zeus, deidad que preside la muestra y en la que Marty ha reencarnado a su musa Ana Curra.
Ambos artistas estuvieron este jueves en Logroño en la inauguración de 'Autosuficiencia' junto a su comisario, Rafael Doctor, para quien «es todo tan obvio (en la exposición), que no necesita explicación». Tampoco Enrique Marty encuentra (ni busca) respuestas, dogmas o mensajes en su arte. «El mundo es un caos –dice– y para mí no tiene más sentido que el que nosotros le demos. Y esta exposición es un símbolo de eso; aquí no hay respuestas, lo que hay es un diálogo en dos direcciones con el espectador».
A su lado, Ana Curra (artista esencial del punk-rock nacional e icono de la movida madrileña) reconocía su emoción tras verse elevada hasta el olimpo de los dioses por Marty. «Estoy muy feliz y disfrutando de esta exposición de la que Logroño debe sentirse muy orgullosa, y más en estos tiempos en los que ya no sabemos qué es la libertad».
Su punk y el de Enrique Marty suenan potentes e incómodos, hasta el punto que no hacen recomendable la entrada de los niños a la Amós Salvador. Pero, como apunta el artista, «no hay otro remedio que ser punk».
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Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
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Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
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