Holika Festival | Calahorra

Empieza la fiesta, aun con lluvia

En la llegada a un festival hay tres cosas que nunca fallan: las largas filas para entrar, las mochilas y maletas por todos los lados y las emociones a flor de piel bajo un sol de justicia. Las tres volvieron a darse en la apertura de la acampada de Holika en Calahorra, aunque con un factor nuevo en estas seis ediciones (tres en la ciudad): la lluvia y el viento.

Aunque el acceso a las tres zonas de la acampada ('Glamping', 'Arcadia' y 'Traiana') se resolvió con mayor agilidad que el año anterior, las precipitaciones y las fuertes rachas de viento marcaron la llegada de los 'holikers' y el montaje de las tiendas ya en horario de tarde.

Las previsiones meteorológicas así lo marcaban y así se cumplió, con lo que los paraguas y gorras que por la mañana protegían a muchos del sol, por la tarde lo hicieron de la lluvia. Y los que ya se habían instalado se resguardaban en las tiendas o zonas bajo cubierta, como los contenedores con los nuevas duchas.

Algunos de los que habían aterrizado habían llegado por la noche a las inmediaciones del recinto del festival para poder ser los primeros en las filas. «Vinimos ayer (por el martes) a las siete y media y hemos dormido aquí», decía Stanley, señalando una zona de arbolado del parque del Cidacos, en la que tanto él como varios amigos, llegados desde Vitoria, habían pasado la noche al no contar con tiendas de camping por estar alojados en el 'glamping'.

«Me han comido los mosquitos», comentaba entre risas el joven, que explicaba que habían tenido que desplazarse con tantas horas de antelación porque, «si cogíamos hoy (por ayer) un bus de Vitoria llegábamos a las cuatro de la tarde e igual nos hubiésemos encontrado con mucha fila».

Junto a ellos otro grupo de amigos de Zaragoza esperaba a que el personal de seguridad les dejara entrar al recinto. Ellos habían dormido en casa, pero se habían pegado un buen madrugón para poder llegar de los primeros. «A las cinco de la mañana estábamos en pie. Nos ha traído uno de nuestros padres en coche», decía Airam, quien como los miles de 'holikers' que están ya preparados para la inauguración del festival, hoy jueves, esperan con ganas los conciertos de «Bryant Meyers y Myke Towers».

Las filas para entrar a la acampada se sucedieron a lo largo de toda la jornada, aunque más espaciadas que en la pasada edición, gracias a que esta vez el camping se abrió con mayor antelación. Pero para la mayoría la espera casi era algo secundario, porque la fiesta comenzaba desde la llegada a la fila, con partidas de cartas, bromas con los chicos de delante o la música de Myke Towers a todo volumen desde el altavoz conectado al teléfono móvil.

«En cuanto salió su nombre, me compré la entrada. Sólo del año pasado tengo 16.000 minutos escuchados», decía con cierto orgullo uno de los jóvenes de Zaragoza que aguardaba al principio de la entrada al 'Glamping'. «He venido a ver a todos y a disfrutar del ambiente. Nosotros hemos llegado a las 09.30 de la mañana y ya había mucha gente, pero es que en las 'historias' (de Instagram) de anoche ya vi a gente que estaba aquí», comentaba Manuel Bravo, de Miranda de Ebro, en la fila para entrar al camping de 'Arcadia'.

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