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Hoy en día ya se empieza a valorar la enorme influencia de la escritora riojana Mª de la O Lejárraga en las grandes obras de Manuel de Falla. Lo que no sé si estamos valorando en La Rioja como se merece es la espléndida labor ... musical de Rioja Filarmonía, que en sus diez años de vida ha ido desarrollando empeños cada vez más fecundos en todos los terrenos de la gran música, potenciando el talento riojano y deslumbrando con proyectos tan espectaculares como 'El amor brujo de Falla' en 2022 y aún más con esta apuesta audaz y ambiciosa que hoy les comento. Y no es para menos, pues se trata de dos de las obras más importantes y bellas de toda la música española.
El subtítulo 'Impresiones sinfónicas para piano y orquesta' que Falla inserta en la partitura de 'Noches en los jardines de España' ya indica el carácter impresionista de la obra, con gran influencia de Debussy y Ravel en la forma de evocar las atmósferas nocturnas, el correteo de las aguas, el rico colorido de las flores o los aromas de Andalucía, todo ello sobre raíces musicales inequívocamente españolas. Magí Garcías Frau es un joven y excelente pianista que supo entender que este no es un concierto al uso con brillante lucimiento del solista, sino que el piano se debe insertar sutilmente en el tejido orquestal para conseguir esas evocaciones tan bellas y oníricas a veces, pero quizás tuvo un control excesivo del volumen en ese afán de no asumir excesivo protagonismo y su discurso quedó algo apagado y cubierto por una orquesta que sí se mostró elocuente y expansiva. Aún así, la versión resultó muy bella y sugestiva y el público lo agradeció con fuertes ovaciones a pianista, orquesta y director.
La segunda parte nos reservaba el enorme privilegio de disfrutar de una obra tan espectacular como 'El sombrero de tres picos', una cumbre en la música española, en una muy completa versión interpretada por la formidable Orquesta Sinfónica de Rioja Filarmonía, repleta de jóvenes valores, muchos riojanos, y el espléndido Ballet Aurora Infante. El resultado no pudo ser más brillante, con una orquesta volcada al máximo, sin desmayo, con una cuerda tersa y afinada superando los endiablados cambios de compás y de dinámicas propios de la música española, con unas maderas y metales de sonido impecable y luminoso, excelentes en sus numerosas intervenciones solistas, un 'ejército' de espléndidos percusionistas trabajando sin desmayo, más arpa, piano y celesta, en fin, un lujazo a las órdenes de Jorge Nicolás Manrique, que condujo todo el concierto en absoluta excelencia, con gesto claro y sugerente, magnetizando y obteniendo de sus músicos una gran riqueza expresiva, junto con ese garbo y ese embrujo que sólo las orquestas españolas consiguen en la música de Falla. Magnífica también la prestación del Ballet Aurora Infante con una excelente coreografía y las geniales intervenciones de Paula Álvarez como una desenvuelta Molinera, el brillante bailarín Borja García como Molinero y el divertido Rubén García como grotesco Corregidor, sin olvidar el Alguacil de Fran García de Olano y el magnífico cuerpo de baile con un admirable trabajo. También destacó la soprano Cristina Igea, estupenda en las coplas que Falla insertó en la obra. Fue una auténtica maravilla poder disfrutar de una obra tan deslumbrante como esta, desde la efectista Introducción con los timbales, las castañuelas y los 'Ole' y palmas de la propia orquesta, hasta la arrebatada Jota final, que levanta del asiento a los públicos de todo el mundo. Gracias por este gran regalo musical.
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