En los lugares vacíos resuena más el eco. De la España vacía, así bautizada por el escritor Sergio del Molino, llegan todavía voces de lo que fue, en palabras del también escritor Julio Llamazares, «un genocidio cultural». Ambos coincidieron ayer en reivindicar desde el Festival ... de Narrativas Cuéntalo «devolver la dignidad» a los pueblos y sus habitantes.
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¿Puedes regresar a un lugar del que nunca te marchaste? La pregunta, a modo de reclamo para el lector, la lanza el libro 'Distintas formas de mirar el agua', de Llamazares. Una respuesta posible la ofrece 'La España vacía': «Hay dos Españas -escribe Del Molino-: una urbana y Europea, y una España interior y despoblada. La comunicación entre ambas ha sido y es difícil. A menudo parecen países extranjeros el uno para el otro. Y, sin embargo, la España urbana no se entiende sin la vacía».
Sin libros de por medio, cara a cara, ambos escritores mantuvieron ayer un encuentro en Cuéntalo. En Logroño, ciudad ya inevitablemente más preocupada por alcanzar la modernidad que por mantener su innegable tradición campesina, la literatura todavía es capaz de charlar e invitar a la reflexión sobre el mundo rural. Fue en una Biblioteca Azcona que se quedó pequeña para la ocasión, ante cerca de doscientas personas y con el profesor de la UR Miguel Ángel Muro como presentador.
Llamazares y Del Molino, leonés el uno (Vegamián, 1955) y madrileño de nacimiento el otro (1979), pero buen conocedor del país despoblado al margen de las grandes urbes, pertenecen a generaciones separadas por un cuarto de siglo que ha ahondado en la distancia entre el campo y la ciudad, pero que ahora encuentra en la literatura un lugar de debate. Hablaron incluso de boom y de moda, seguramente pasajera, pero expresaron un deseo común de que al menos sirva para defender una cultura ya casi perdida.
Cuando la despoblación no estaba en las agendas políticas ni en las conversaciones, Llamazares describió en la novela 'La lluvia amarilla' (1988) cómo «el olvido tiene el color de las hojas que cubren las piedras de Ainielle». Veinte años después, Sergio del Molino recorrió una España, a la que llamó «un país que nunca fue», y escribió, 'La España vacía', que es a la vez ensayo y relato de viaje, y que puso el foco, en su caso desde la no ficción, en la migración que dejó vacíos los pueblos y aumentó el alejamiento entre ambos mundos.
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«El éxodo rural -afirmó ayer Del Molino- ha ocurrido en todos los países desarrollados, pero en España tuvo sus propios signos más dramáticos y ha dejado un rastro cultural que revela que es un trauma muy profundo». «Ese éxodo, ese abandono, fue aquí más cruel -añadió Llamazares-. Es un rasgo significativo que configura la forma de los españoles de estar en el mundo». «Fue un auténtico genocidio cultural», agregó más adelante y citó a Caro Baroja para subrayar «el paso del mundo arcaico al desarrollo de las ciudades» como «el cambio cultural más importante» de nuestras civilizaciones.
En la actualidad la España vacía está en el punto de mira de los políticos, pero «solo de forma retórica», lamentó Del Molino: «Es un tema muy goloso decir que te comprometes con la despoblación; todo el mundo va a asentir. Lo que debería hacerse es tratar de devolver la dignidad a la gente del campo». «Es un problema de dignificación vivas donde vivas», insistió Llamazares, quien considera que «llevamos cincuenta años de supremacismo urbano». «Los enemigos en los pueblos hoy no son los bandoleros, que también, son la soledad, la falta de servicios y la necesidad de dignificación. El campo se muere sin remedio porque se olvida que el problema fundamental que hay que solucionar es cultural».
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Por otro lado, tanto Llamazares como Del Molino mantienen hoy otros encuentros por separado: el primero con estudiantes de la Universidad de la Experiencia, Universidad Popular y Centro de Adultos Plus Ultra; y el segundo con alumnos del IES Tomás Mingot y periodistas.
Además, el II Festival de Narrativas Cuéntalo inaugura hoy su apartado musical con un concierto de Víctor Coyote y Club del Río que cerrará una intensa jornada en la sala Biribay Jazz Club (a las 21 h.).
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Antes, el propio Coyote presentará en el Barriobar (14 h.) su último libro, 'Bares y familiares'. Y por la tarde, la ilustradora Leticia Ruifernández presentará el libro 'Y nuestros rostros, mi vida, breves como otros', de John Berger (18 h.).
Y en La Casa del Libro (también a las 18 h.) tendrá lugar la mesa redonda 'La Rioja rural también se cuenta', en la que participan los escritores Andrés Pascual, Elvira Valgañón y Ruth Somalo, bajo la coordinación de la periodista Marisa Salcedo. Y todo esto en el ecuador de Cuéntalo.
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