Manuel González Bedia. M.B.

«La disrupción tecnológica genera 'nuevas economías'»

Manuel González Bedia | Director general del Comisionado para la Nueva Economía de la Lengua ·

N.A.D.

Domingo, 23 de octubre 2022

El pasado mes de marzo comenzó su andadura el PERTE Nueva Economía de la Lengua, un proyecto estratégico que apuesta por ampliar la presencia del español en los nuevos ámbitos tecnológicos. En las jornadas Futuro en Español participará Manuel González Bedia, director general del ... Comisionado para la Nueva Economía, que articula proyectos como el recientemente presentado Observatorio Global del Español.

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– Nueva Economía de la Lengua, ¿a qué remite este concepto?

– El gran salto cualitativo que las técnicas de inteligencia artificial han experimentado en los últimos años ha sido gracias a la combinación de grandes supercomputadores aplicadas a enormes conjuntos de datos. La disrupción tecnológica que provoca el salto digital permite generar 'nuevas economías'. Obviamente, existe como caso particular la explotación de información en recursos lingüísticos por parte de tecnologías que aplican la inteligencia artificial al procesamiento de la Lengua. Se estima que más del 80% de la información acumulada es lingüística y, por tanto, no estructurada y difícil de gestionar. Estas nuevas tecnologías del lenguaje son capaces de abordar el diseño de sistemas que suponen mejoras en el campo de la extracción de semántica en textos o en el diseño de sofisticados agentes conversacionales, entre otros desarrollos.

– ¿En qué aplicaciones concretas, por ejemplo?

– Los productos se centran en traductores automáticos, análisis de textos, diseño de asistentes/conversadores, detección de fraude o información falsa, generación de resúmenes automáticos, etc. El mercado sensible a estos desarrollos es actualmente muy relevante y todo indica que seguirá incrementándose.

– Ante los rápidos avances de la tecnología y el indudable dominio del inglés, ¿llega el español a tiempo?

– Según datos del Anuario del Instituto Cervantes 'El español en el mundo', los hablantes de español han aumentado un 30% en la última década, y la cifra de los extranjeros que lo estudian ha crecido un 60%. Eso hace que, en términos globales, haya más de 585 millones de personas que hablan español, de los que casi 490 millones son hispanohablantes nativos. El español es la tercera lengua más utilizada y es el segundo idioma, detrás del inglés, en publicación de textos científicos. Estas cifras justifican que sea de interés estratégico que nuestro idioma tenga un protagonismo similar en los procesos de entrenamiento y desarrollo de las tecnologías inteligentes especializadas en el procesamiento del lenguaje natural y del habla.

– ¿Y pueden contribuir nuevas vías como la inteligencia artificial en español?

– Estudios recientes sitúan a España en la media europea, con el 8% de sus empresas utilizando esta tecnología. Se concentra fundamentalmente en las empresas del sector servicios, y de manera específica en sus procesos de producción, administración, marketing o seguridad. Las tecnologías del Lenguaje y del procesamiento del lenguaje natural son las más relevantes, dado que son utilizadas por casi el 80% de las empresas que usan inteligencia artificial.

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– El turismo idiomático, las publicaciones científicas y la propiedad intelectual son pilares de la Nueva Economía de la Lengua. ¿Existen programas de desarrollo específicos?

– Me gustaría centrarme en lo relativo a las publicaciones científicas, gracias a la colaboración con el Ministerio de Ciencia e Innovación y sus unidades. Una de las recientes aplicaciones de las Tecnologías del lenguaje es el diseño de políticas públicas de I+D. Mediante estas herramientas basadas en tecnologías del lenguaje se pueden explotar grandes volúmenes de información científica, textual y no estructurada de diversos orígenes (ayudas públicas, patentes, publicaciones científicas, contratación pública, etc.) y representar la información en formas de mapas de conocimiento y cartografías visuales. En particular, se podrá conocer, conectar y divulgar mejor la producción científica en español y promover políticas adecuadas dentro del Espacio Iberoamericano del Conocimiento, puesto que las colaboraciones científicas más intensas en los países iberoamericanos ocurren con la comunidad científica española, más allá de las vecindades existentes entre ello, y, obviamente, estas relaciones pertenecen a dominios con claros vínculos culturales y lingüísticos.

Certificación del idioma

– Entiendo, entonces, que la internacionalización del español, ha de ser también un espacio estratégico.

– Dentro de las actividades del Instituto Cervantes, se encuentra la tarea de certificación internacional del grado de competencia y dominio del idioma español, y la acreditación profesional de los docentes de español como lengua extranjera. Hemos empezado a trabajar con la Conferencia de Rectores CRUE sobre la posibilidad de que las Universidades soliciten este tipo de certificaciones cuando estudiantes extranjeros quieran cursar sus estudios académicos en España. En otros países, el requerimiento de este tipo de certificaciones es mayor y genera un efecto en la demanda que, actualmente, no existe para el sistema universitario español.

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– En los trabajos de la Nueva Economía de la Lengua, ¿en qué aspectos son aliados la Real Academia Española y el Instituto Cervantes?

– Son las dos grandes instituciones que trabajan por la lengua. Hay varios proyectos en los que se solapan los intereses de ambas y los del PERTE de la Nueva Economía de la Lengua, por ejemplo, en todos aquellos en los que se busque que la lengua gane espacio en los ecosistemas digitales ampliando los corpus en español y en lenguas cooficiales, la supervisión de la calidad de recursos lingüísticos para el entrenamiento de sus máquinas, de correctores automáticos o asistentes de voz, etc.

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