¡Dios está aquí!

IGLESIA ·
Tras la pandemia, los católicos volveremos a procesionar detrás de la custodia en la fiesta del Corpus Christi

Justo García Turza

Domingo, 6 de junio 2021, 02:00

Hoy es la fiesta del Corpus, uno de aquellos días que, con el Jueves Santo y la Ascensión, relumbraban más que el sol, en la apreciación de nuestras gentes de los pueblos.

Se puede decir que, tras la llegada de Jesucristo, la práctica totalidad de ... los templos erigidos en el mundo son cristianos, con mi respeto y admiración hacia los grandes templos romanos, griegos, egipcios, chinos, etc. Dentro del conjunto de estos templos me voy a centrar en los católicos porque hoy se celebra la fiesta del Corpus Christi. Como sucede en Semana Santa, fecha también muy importante para los católicos, los hemos visto –y los volveremos a ver cuando pase la pandemia– salir a la calle en procesión detrás de la 'custodia', esa pieza artística de oro o de otro metal precioso, que pisa por primera vez las alfombras de pétalos y serrín que se colocaron la noche anterior, que avanza bajo un palio flanqueado por seis hombres y/o mujeres, como los reyes, al son de los cantos e himnos de las personas que siguen la comitiva y que repiten, una y otra vez, aquello tan conocido de «cantemos al amor de los amores, cantemos al Señor, ¡Dios está aquí!». La única explicación de todo esto es la palabra AMOR.

Si uno entra en cualquiera de nuestros templos católicos, bien sea una catedral o el templo sencillo del pueblo más humilde, enseguida se percata de que el lugar dominante es una caja muy adornada, no siempre con metales preciosos, en torno al cual gira toda la decoración y toda la estructura del templo. Los católicos la llamamos Sagrario, porque para nosotros guarda a nuestro Dios, vivo, auténtico, real, que permanece con «presencia real» y escondida a la vista, bajo la apariencia de un trozo de pan. Cada día, los cristianos tienen oportunidad de asimilarse a su Dios comiendo un trozo de ese pan. Para lograrlo, deben cumplir tres condiciones: no tener conciencia de haber pecado mortalmente y haberse confesado recientemente; haber ayunado al menos durante una hora antes de comulgar; saber lo que se va a recibir y acercarse con devoción.

Hoy también se celebra el Día de la Caridad, que organizan todas las Cáritas de España

Nosotros creemos –con naturalidad, sin aspavientos y sin violentar a nadie– que Dios sostiene la existencia del mundo y de toda criatura; que es la esencia misma del amor y que, para que no deje de brotar el manantial de su Gracia, el Amor y el perdón divinos en el mundo, no puede faltar la eucaristía. Por eso, los sacerdotes católicos consagramos a diario el Cuerpo y la Sangre de Cristo, algo tan fascinante que llena de plenitud toda nuestra existencia. Doy fe de ello.

Y tanto creen y veneran y aman a este Dios-Amor nuestras gentes que con el paso de los siglos se han ido implantando costumbres muy populares y de un gran calado como es la exposición y bendición con el Santísimo, por citar la más conocida.

Aunque no sea más que por 'curiosear', invito a mis lectores a visitar esos templos e iglesias en los que nuestros mayores han puesto tanto cariño, tanto esfuerzo y tanta ternura. Lo creamos o no, los templos, los templos de nuestros pueblos son muy sugestivos y peculiares. Delante de ese 'Dios vivo', a muchas personas le han pasado muchas cosas estupendas. La oración ante el sagrario ha hecho un gran bien a muchos. ¿Por qué no puedes ser tú uno de ellos?

Termino recordándoles que hoy, con motivo del Corpus, tendrá lugar la celebración del Día de la Caridad que organizan todas las Cáritas de España, y la de La Rioja también. Con el papa Francisco, diremos que «no hay que volver a lo de antes después de la pandemia, hay que ir hacia una normalidad nueva, más justa y más fraterna, que nos haga más hermanos». En concreto, podrán encontrar distintas formas de colaborar en la web de Cáritas (www.caritaslarioja.org.).