Diego Garrocho gana el II Premio David Gistau de Periodismo

«Es una enorme satisfacción recibir este premio, el primero de mi carrera, en primer lugar por la admiración que tengo hacia David Gistau y hacia Alberto Olmos, que me precedió en este honor», dice el ganador, profesor de Filosofía Política y Ética en la Autónoma de Madrid y colaborador de varios medios. «Con muchísima humildad lo recibo como un reconocimiento a un intruso, a alguien que se dedica a la filosofía, y que por tanto su medio de expresión más habitual no son los diarios», afirma.

«No soy periodista, pero soy un consumidor voraz de periodismo, y en el columnismo encuentro muchísimas ideas», dice el satisfecho ganador que entiende el periodismo «como un género literario». «Es uno de los lugares donde encuentro mejores ideas, reitero, y donde están las plumas y las cabezas que más admiro de este país».

Asegura su autor que 'Carta joven posmoderno' «es una confesión en la que, como profesor de filosofía, enumero parte de lo que creo que han sido engaños generacionales a los que hemos sometido a loss más jóvenes». «Es una amarga carta con una dosis de desesperación pero también de confesión de parte para intentar ayudar a reaccionar a la generación que viene.

¿Una generación a la que se le hurta la filosofía, y por tanto de una herramienta fundamental? «Sí. La historia de las leyes y reformas educativas en España es casi la de una degeneración. Cada reforma educativa es peor y se sacrifican disciplinas clásicas y sólidas cómo la filosofía, el latín o el griego, que son instrumentos esenciales, no ya para conocer el mundo en el que vivimos, sino desde dónde miramos al presente. Y se hace a cambio disciplinas que son muy menores deberían formar parte del currículum formativo», lamenta Garrocho. «Se renuncia a esa ambición intelectual que durante mucho tiempo se había dispuesto en el bachillerato, un momento formativo esencial en cualquier persona, y en la adolescencia , es especialmente lesivo».

«Lo primordial que me ha enseñado la filosofía ha sido a venerar y tener un profundo respeto por la verdad, signifique esta lo que signifique», dice este profesor que no se quiere presentar como filósofo. «Venerar la verdad es un principio también válido para el periodismo, sin duda. Si pensamos en personas como Hannah Arendt, que tuvieron esa doble vocación, es un ejemplo de cómo la verdad es la empresa común que tienen los filósofos y los periodistas», afirma.

Cree que la salud del articulismo español es «brillante». Una de las experiencias intelectualmente más placenteras hoy es leer a mis colegas articulistas. El nivel es muy alto y la potencia intelectual y el estilo literario del columnismo español tiene un difícil parangón. Es mucho más ágil y mucho más refrescante que, en ocasiones, la prosa más académica».

Garrocho se mueve en el ámbito digital, pero es un contumaz lector de periódicos en cualquier formato. «Soy un enamorado de la prensa en papel pero también el soporte digital. Todos son caminos útiles. Me interesan las ideas y las palabras que se comunican exactamente igual de bien en un papel o en una pantalla, aunque es verdad que el papel sigue siendo depositario de un halo romántico», dice.

«No tuve la fortuna de conocer a David Gistau, pero admiro sus artículos y sus columnas desde que era un adolescente. Para mí escribir columnas era lo que hacían Gistau y Umbral. Gistau era la persona más próxima que me mostraba que se podía ser joven y escribir columnas», recuerda al joven maestro de vida tempranamente truncada.

A esta segundo edición del premio Davi Gistau, que ha contado con el patrocinio de Fundación ACS, Mapfre, Santander y Telefónica, se presentaron 350 piezas de opinión y colaboraciones periodísticas publicadas o emitidas en diarios, revistas, prensa online, radio y televisión entre el 1 de julio de 2020 y el 30 de junio de 2021, todas en español. El jurado constató la variedad de las propuestas presentadas, «que consolida el interés por el galardón entre las principales firmas de nuestro columnismo».

En esta edición presidió el jurado el periodista y jefe de Opinión de El Mundo, Jorge Bustos, y estuvo compuesto por Juan Manuel de Prada, colaborador de ABC; Mar Cohnen, directora de la revista XLSemanal; Lorenzo Silva, escritor y colaborador de XLSemanal; Alberto Aguirre de Cárcer, director del periódico La Verdad, los periodistas de El Mundo Antonio Lucas y Maite Rico y el columnista de El Mundo Rafael Latorre.

El galardón aspira a ser referente del periodismo independiente y de calidad y poner en valor el periodismo en mayúsculas, el que de forma honesta y valiente encarnó David Gistau (Madrid, 1970-2020). Fallecido en lo mejor de su carrera, Gistau se inició en el periodismo en la revista corporativa Renfe paisajes. Aterrizó en La Razón, en 1997 y en

2005 fichó por El Mundo. Entre 2013 y 2018 fue columnista en ABC y colaboró de las tertulias de la Cope, Onda Cero y Telecinco. Fue autor de las novelas 'Ruido de fondo' y 'Golpes bajos' del libro de relatos y textos breves 'Gente que se fue' y de textos periodísticos 'A que no hay huevos', '¿Qué nos estás haciendo, ZP?', 'La España de ZP', 'Siniestro total y la recopilación póstuma 'El penúltimo negroni'.