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Vargas Llosa y Cateriano. Juan Marín
«El placer supremo de la literatura»

«El placer supremo de la literatura»

La conversación en Logroño de Mario Vargas Llosa y Pedro Cateriano

J. Sainz

Logroño

Miércoles, 23 de octubre 2019, 23:12

Mario Vargas Llosa comenzó su conversación en Logroño recordando su infancia. Con cinco años, cuando el traslado familiar a Arequipa, recordó «la experiencia mágica, la pasión de empezar a leer y convertir las palabras en imágenes, viajar en el espacio, en el tiempo, a otras culturas distintas. El mundo entero llegaba a mí y yo podía llegar a todo el mundo».

Los libros de aventuras fueron los que fueron generando una vocación literaria. «Yo les cambiaba los finales que no me gustaban, según recuerda mi madre. Mi mamá me había prohibido un libro de su velador, 'Veinte poemas de amor y una canción desesperada', de Neruda, pero lo leí a escondidas», expuso el Nobel. «Había versos que no entendía, pero comprendí entonces la prohibición de mi madre: yo decía, aquí hay pecado, aunque no sabía qué pecado era. La literatura empezó a asociarse a lo prohibido», añadió. «Fue una experiencia central en mi vida que me ha durado hasta hoy, es el placer supremo», remató.

Recordó cómo se convirtió en escritor de cartas para los cadetes del Colegio Militar Leoncio Prado. «Mi padre tenía gran hostilidad a la literatura, que asociaba a la bohemia, y me metió en un internado militar. Y allí surgió mi primera novela: 'La ciudad y los perros'. En un lugar donde se ensalzaba la virilidad castrense no encajaba un escritor, pero me sirvió escribirle las cartas de amor a los cadetes, y novelitas pornográficas que me pagaban en cigarrillos».

Habló también de su debut teatral en Piura, con 'La huida del Inca', y sus primeros trabajos como periodista. «La primera obra moderna que vi fue 'Muerte de un viajante' y me impresionó cómo jugaba con el tiempo y cómo el teatro también se transforma en su propio mundo. El teatro fue mi primera pasión. Eso me empujó después a escribir relatos y novelas, porque escribir teatro en Perú era riesgo de quedar inédito», continuó.

De ahí a la influencia de Sartre como escritor comprometido. «La infuencia de la literatura francesa era muy grande en América Latina y en la facultad la seguí de cerca», explicó. En esos años se forjó esa idea de entender al escritor como Sartre. «Yo tenía verdadera devoción por Sartre. Tenía una idea muy exaltante para un joven del tercer mundo, que creía en la literatura como algo más que un placer, que conlleva un compromiso moral, social y olítico. Que a través de la literatura se puede influir y mejorar la sociedad. Si algo anda mal, no te quejes, escribe. La literatura podría obrar cambios importantes en la sociedad», siguió.

Después de leer 'La noche quedó atrás', un libro de Jan Valtin, decidió ir a la Universidad San Marcos y no a la Católica, y «allí conocí el Perú de verdad. Y pensaba que allí encontraría comunistas, como así fue».

Sobre la dictadura y el poder, temas de su obra, recordó la justificación que la Academia Sueca dio para concederle el Nobel en 2010: «Un latinoamericano lo que tiene en su pasado es una sucesión de dictaduras, más o menos brutales y corrompidas. A mí me marcó la dictadura de Manuel Odría del 48 en Perú, un régimen corrompido, brutal, censor de partidos y de la prensa. Desde entonces pensé escribir sobre la dictadura de Odría y salió 'Conversación en La Catedral', que muestra la dictadura desde las familias que menos la sufrían, pero que las corrompía igualmente».

Sobre su trabajo de investigación y la disciplina argumentó: «La disciplina de la debo a Flaubert. Descubrí que yo no tenía inspiración; tenía vocación, pero carecía de talento. Entonces descubrí a Flaubert y 'Madame Bovary'. Y cuando leí todo Flaubert descubrí que él de joven tampoco tenía talento y decidió fabricárselo a través de exigencia y perseverancia. La mayoría de los jóvenes que comienzan no tienen talento. Descubir que hay que fabricárselo fue electrizante. Trabajar, reducir hasta que parezca que desaparece la prosa».

Sobre ensayo y periodismo contó: «El ensayo tiene mucho que ver con el periodismo. La literatura no era alimenticia y entonces apareció el periodismo. Ha sido buena parte de mi vida, el trabajo complemetario a la literatura. Y una manera de investigar la realidad que me ha servido mucho en mi carrera de escritor. Empecé en 'La Crónica de Lima' con quince años y he hecho de todo, menos periodismo social. Ha sido una manera de tener un pie en la vida real. No me gusta la imagen de Proust aislado, me atrae más la de Sartre».

Vargas Llosa continuó su intervención hablando de periodismo y lo que esa profesión le ha dado. «Me ha ensañado a investigar, una investigación que tiene que ver con las sensaciones y las intuiciones, la manera de hablar, la música, el detalle definitivo para describir la personalidad de un personaje. Y durante la investigación siempre surgen personajes o historias que enriquecen el proyecto original», aseguró.

Sobre las noticias falsas, algo que desarrolla en su novela 'Tiempos recios', no dudó en afirmar: «La gran revolución audiovisual ha tenido algo extraordinariamente positivo, que en esta época la censura es prácticamente imposible. Un gobierno difícilmente puede imponer el control total de la información. Pero, demasiada información es sinónimo de confusión y eso ha hecho que las mentiras encuentren un vehículo para insertarse en la sociedad y confundirla».

Aprovechó ese momento para enlazarlo con 'Tiempos recios' y la manipulación propagandística auspiciada por la CIA para dar un golpe de Estado en Guatemala en 1954. «El periodismo juega un papel fundamental en el caso de Guatemala. Las consecuencias desencantan a mi generación de la vía democrática y nos lleva a pensar equivocadamente en la revolución para traer el paraíso a la tierra, algo que ha supuesto el retraso de cincuenta años en la democratización de América Latina», recalcó.

Chile y Cataluña

Vargas Llosa tocó muchos temas en Logroño y no dejó a un lado la actualidad. Así habló sobre Chile. «Es un país que ha progresado gracias al consenso de izquierda y derecha, ha reducido la pobreza como ningún país americano, tiene pleno empleo, infinitas posibilidades de salir de la pobreza... Cómo se explica la sublevación, la violencia, quince muertos ya... Es muy difícil de entender. Y es difícil creer que Venezuela esté detrás, como se ha dicho, porque a Venezuela conviene el fracaso de Chile».

También hizo referencia a Cataluña. «No reconozco Barcelona, yo quiero mucho a Barcelona. Hubo un tiempo en que Barcelona se respiraba Europa, había independentistas, sí, pero no como ahora. ¿Qué pudo haber pasado para que se convierta en la Barcelona provinciana que se mira al estómago y sigue una doctrina que es una excrecencia de la democracia, el nacionalismo, que solo ha traído estragos a la democracia?», expuso. «España cometió un error cediendo la Educación a las autonomías. Hay tres generaciones que han crecido educadas en la mentira de que Cataluña está sojuzgada por España. Es trágico que ocurra en un país que asombró al mundo durante la Transición, ya no se recuerda que el mundo entero contempló España pasar pacíficamente de la dictadura a la democracia y a la modernización», remató.

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